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MONOLOGO CON PAPÁ CHEGUACO:
Autor: José Joaquín Salazar Velásquez
A raíz de la conversación que tuviste con Millo, papá, que te diré, me pareció extraordinaria, voy a “atreverme” (tal como tú decías) a sostener este monólogo contigo. Y digo “atreverme”, porque, como tú bien sabes, no tengo dotes de escritor. Sin embargo, te cuento que después que te fuiste físicamente, como que se me ha pegado algo de ti, pues, me he atrevido a escribir algunas décimas y sonetos, cosa que jamás antes se me había ocurrido y hasta dos (2) poemas he escrito, dedicados a ti. Te los voy a leer:
TU PARTIDA
Te fuiste papá sin despedirte,
sin un adiós,
sin nada que decirnos.
Creo que presentías tu partida
para estar con Machelo
allá en el cielo.
Te fuiste apresurado,
felíz de haber cumplido
una misión trascendente en esta tierra:
una familia grande y muy unida
y un racimo de libros,
que nos dirán por siempre
Cheguaco está presente.
De momentos,
me embarga la tristeza
y aunque se que ¡así es el proceso de la vida!
eso yo lo comprendo;
sin embargo,
me duele inmensamente tu partida.
A UN AÑO DE TU PARTIDA
Hace ya un año, papá, que tú te fuiste
y aún no asimilo la triste realidad,
me parece que esto no fuera verdad;
sin embargo, lo es, porque estoy triste.
Son tus consejos que en mí siguen presentes
los que me indican que tú no estás ausente.
Parece corto el tiempo, pero es mucho,
no porque no te veo,
sino porque no te escucho.
En fin, papá, tendré que acostumbrarme
y mantenerte firme en mis recuerdos
hasta que a mí me toque acompañarte.
Por ahora, sólo quiero expresarte,
que algo dejaste en mi con tu partida:
son estos versos
que brotan de la nada
y que dedico a ti …..
…………. como homenaje.
Hasta siempre…… papá
Hasta siempre…… Cheguaco.
Por otra parte, aunque me supongo que todo lo que te cuente tú ya lo sabes, te cuento que ahora estás en Internet, pues, Julián, basado en una idea de Valentina y con la ayuda de Julián José, crearon tu página en Internet, que se llama www.cheguaco.org, la cual, papá, puede ser vista desde cualquier parte del mundo, a través del computador. ¿Qué te parece?.
En esa página ya se han insertado varios de tus libros y la idea es insertarlos todos. Así, tu gran labor como escritor podrá ser conocida no sólo en Margarita y Venezuela sino en todo el mundo. Me duele un poco que esta idea no se nos ocurrió antes, para que de esta manera, tú mismo, en vida, sintieras la satisfacción de ver tu obra esparcida por todo el mundo; sin embargo, nunca es tarde y por lo que percibo, se que estás contento con lo que estamos haciendo para mantener tu obra viva por siempre.
Pero no es sólo eso, después de tu partida, hemos publicado tres (3) de tus libros inéditos: uno (1) “Por los Senderos de Margarita, Cuentos de Camino”, gracias a la colaboración de Elvia Méndez, bajo el patrocinio de la Alcaldía de García, el cual bautizamos en la casa y en la Alcaldía de García hubo una Sesión Solemne en tu honor. Te cuento que allí Millo leyó un discurso, escrito por Roberto, una excelente pieza oratoria. Después, el 29 de Diciembre bautizamos dos (2) nuevos libros: “Tacariguita, El Portachuelo y la Virgen de Papaché” y “Rafael Gil Sanchez”. El de Rafael Gil, fue patrocinado por Alberto Gil, su nieto.
Creo que Millo te contó algo de este acto, pero no está demás decirte que lo hicimos en Tacariguita, el cual resultó excelente, ya que no fue sólo el bautizo de los libros sino que fue un gran Evento Cultural, durante todo el día. Hubo momentos en que sentía tu presencia.
Otro acto, en tu honor, fue la inauguración de la Biblioteca de la Casa de la Cultura, la cual lleva tu nombre y de lo cual ya conversaste con Millo.
¡Ah! Pero se me olvidada una cosa: hemos creado una Fundación que lleva tu nombre, la cual tiene como misión principal, contribuir a la divulgación de tus ideas, obra literaria, poética, de investigación histórica, folclórica y cultural, mediante la publicación y promoción de tus obras, así como también la de otros autores margariteños, especialmente de Tacarigua.
En fin papá, que más puedo decirte. Como ves, no nos hemos olvidado de ti, seguimos, guiados por tu ejemplo, dando a conocer tu obra. Siento que estás contento y orgulloso de lo que estamos haciendo, pero, mejor no me digas nada, con tu expresión me basta.
Quiero que todo esto que te he contado, se lo cuentes a Mamá Chelo y dile que de ella tampoco nos hemos olvidado, sólo que lo que estamos haciendo por ti es más notorio, pero tus triunfos, como siempre, son compartidos con ella.
Por último, dile a Mamá Chelo, que Francis e Iraida se casaron. Que Iraida tuvo una preciosa negrita y que por nosotros no se preocupen. Que aunque nos hacen bastante falta, seguimos adelante ………….
Hasta siempre papá …….
Hasta siempre Cheguaco ………….
Bendigannos a todos ……………….
CHEGUACO INSUPERABLE
Autor: Rómulo Cardona
Fuente: Revista Margarita en tus manos. Noviembre-Diciembre 2000.
Pasarán unas cuantas lunas, unos cuantos siglos para volver a contar con una personalidad, con un creador de las letras como el recordado y mejor amigo: José Joaquín Salazar Franco (Cheguaco). El trabajo documental, el haber publicado 35 obras, haber dejado 20 para publicar, la serie de discursos, poemas, ensayos, relatos, historias, descripciones, su trabajo de cronista, su dedicación al trabajo tribunalicio, sus orientaciones, artículos en prensa, revistas, la habilidad para contar historias, chistes; todo ello con tan sólo un sexto grado, que equivale a todos los títulos. Cheguaco por todas estas facetas, por todo lo que hizo, por todo lo que nos dejó constituye una gran pérdida no sólo para Margarita, sino para el país. Fue todo un personaje, lleno de humildad y mucha sapiencia como sólo saben hacerlo los grandes, los creadores. Cheguaco un verdadero patrimonio del gentilicio neoespartano, allí está su obra como el mejor testimonio, hasta siempre amigo… Margarita en tus manos.
CHEGUACO O LA MARGARITEÑEDAD A TODA PRUEBA
Autor: Perucho Aguirre
Fuente: Diario El Oriental. Maturin. 15-10-2000
Ahora que aparecen tus nombres y apellidos completos en los periódicos de aquí, anunciando que ya no podrás estar o andar con nosotros , como antes, en persona. Ahora que se me atora la palabra en la garganta, mi pluma fuente se niega a dar un paso mas hacia adelante y una intranquilidad incomprensible me niega calma; no, no entiendo aún, por qué, ni siquiera, de allá, del otro amado y propio pueblo, Paraguachoa, una llamada, un anuncio, aviso, cómo fue, qué pasó. ¿Será que este es otro José Joaquín Salazar Franco, Cheguaco? ¿ Habrá en este mundo tan equivocado y perverso otra alma buena de sangre y corazón como esta que venero y admiro desde que andaba por allá por La Asunción, en mis correrías del Risquez, placenta de mis recuerdos?. No, no creo. Es más. ¡ Dificulto otro margariteño con esa cepa y arrecife, con ese barro y estampa de El Cercado! ¡Otro tacarigüero de Margarita como Cheguaco! El que al leerle, oírle y verle su estirpe conuquera era percatarse de sus angustias, desesperación y amor por su isla, Margarita. Desvelarse por ella y enseñarla en todas sus latitudes y longitudes. Clamarla e invocarle en Cheguaco ha sido su síndrome clínico ¡Y de carne y hueso! Ese ha sido el Cheguaco querido y admirado por nosotros los marineros de él y nadie, absolutamente nadie podrá negarle esa voz de capitán de piragua, ese cinturón de perlas, esa belleza de Arestinga, bravura de Matasiete e inocencia de Los Mártires. En Cheguaco siempre se vieron retratados fehaciente y nítidamente lo que hemos sido a través de la sequía del tiempo. Y como ocurre médicamente, este soma o islalidad fue acrecentándosele a medida que los años aposentáronse en él. Sin duda, Cheguaco – para mí – es la representación máxima, contemporánea, de la margariteñedad. Porque llegar al conocimiento de un pueblo con pelos y señales y con esa perfección; teniendo ese bajo grado de instrucción y con los años, publicar y publicar, tanto y tanto, claro y tan profundo, con ese lenguaje tan de pueblo y academia, no es común, ni lo venden en botica. No hay vainas. A este hombre lo mandaron, para que nos escribiera quienes somos, de dónde venimos y cual es nuestra grandeza, para que en el tiempo tuviésemos la forma y las directrices sabias y telúricas de cómo rehacer y reconstruir al pueblo margariteño. Cheguaco era como una Margarita ambulante, diciéndola, contándola, nombrándola, enseñándola, reivindicándola y honrándola a cada instante, desesperadamente, de pueblo en pueblo, de caserío en caserío, de hombre en hombre, de mujer en mujer y de niño en niño. Y con una fuerza tan descomunal y desinteresada que ya quisiéramos muchos de los que nos quedamos vivos, creyéndonos ilustres patriotas, pero, con una rechifla o pita de la gente, que en silencio, viene a ser lo que merece todo aquel que es hablador y escritor de pistoladas. Pago que a Cheguaco jamás podrán cancelarle porque allí están sus libros que pasan de cincuenta volúmenes, escritos, crónicas, discursos y poemas tan naturales y cándidos de la vida y el amor. Y la pregunta que se hace todo bolsa que como yo, abunda en esta vida. ¿ Por qué no tuve la visión de su deceso físico y le escribí todas esas cosas antes y en vida, a sabiendas de que en Cheguaco había otra vaina que no era precisamente la de cronista, poeta, escritor o patriotero inútil?. Es que hasta viéndolo en un retrato, en uno de sus tantos retratos, con esa fachada de casa vieja, de Castillo de Santa Rosa, con ese plantar de conuco viejo y esa gracia de diversión margariteña, con eso bastaba y sobraba para uno verle la flor y nata, miasma o el tuétano a lo que hemos sido y que en vida él fue manteniendo como piedra de amolar en el patio, tinajón de agua clara en la horqueta y amanecer de pájaros con voces satisfechas en la cocina de nuestros hogares.
LA PATECABRA GOZONA
Autor: Cirio
Fuente: Suplemento Humor, Sol de Margarita. 13/10/2000
Fundación José Joaquín Salazar Franco

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