
LA PLUMA REMONTÓ SU VUELO
AUTOR: Jesús R. Malaver V.
FUENTE: DIARIO DEL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 04 de Noviembre de 2000.
Calle Toporo, sábado 8 a.m. y pico. Brisa cálida matutina. Una figura con sombrero ala ancha avanza lentamente y solitario.
Enrumba sus pasos por la Recreo; 48 horas antes le encontré en su chinchorro leyendo sobre el cuento en la novela. Colgó el librote e inicia un comentario de lo leído. Hablamos del altercado histórico escenificado por el General Bolívar y el Coronel José Francisco Bermúdez, a sablazo limpio en Güiria por allá en 1816.
Acudí en fecha a una orientación sobre la vida de Ricardo Márquez Moreno, reluciendo su sapiencia una vez más. Meses atrás le había entregado unos textos inéditos de mi autoría para que los revisara. Me dijo: te dejo con una marca los que me gustaron.
A media mañana, a través de mi ventana la voz de un hombre -tal cual Pájaro Espino- anunciando…. se lo llevaron al hospital en mal estado.
El sábado 26 de agosto ejercía en plena plaza tacariguera, el padrinazgo y bautizo del libro “Sin Corazón en el Pecho” del escritor Roberto Malaver y preconizó en su intervención… “todo el que recuerda sus raíces tendrá la vida eterna… todo el que vive, no para vivir, sino para recordar el pasado seguirá viviendo en el tiempo”. Y Roberto, le dedicó “Castro en Margarita”. Luego lo percibí bastante orgulloso y contento con el acto.
A inicios de agosto es el protagonista en el bautizo de su poemario Un Grito en la Hondonada, de los cuales uno es dedicado…. “para el poeta Fidel Flores Castro, con mi reconocimiento a su obra intelectual¨. Precisamente Fidel, años atrás, me comentaba que el autor era conocido en círculos literarios del Oriente como Mr. Cola, por su fama en Margarita. En muchas ocasiones lo ¨coleaba¨ hasta La Asunción y viceversa, diciéndole jocosamente “para que no pierdas el invicto”.
Joven la tarde del 30 de septiembre, un cruce de campanas pueblerinas, inundadas de una melancolía sepulcral anunciaba el final del acto: ha muerto. En ese instante fui testigo del silencio más profundo vivido en nuestro pueblo. 74 años después.
Esta mañana recorrió por definitiva vez las calles de su Tacarigua natal.
Murió en pleno juicio y con el humor que en ocasiones exhibía. Admirable valentía postdiagnóstico: no iré al quirófano a riesgo inútil de mi vida. La llevaré adelante hasta que Dios lo quiera, y aquí voy guapeando, guapeando, sobregirado con un chance más.
Recordé a Séneca… ¨incierto es el lugar donde la muerte te espera, espérala pues en todo lugar” a cualquier hora.
la noticia un reguero de pólvora. luego la Despedida:
Dejo enlutado mi hogar
porque me voy tierra amada
voy a tirar la parada
salga bien o salga mal.
No lo vería más andar alegre con la botella abrazada y el vaso en su mano, entrando a los Lares y pidiendo hielo, con su carga de reminiscencias a cuesta, con ese porte de figura genial e ilustre. Me encontré con sus fantasmas en cada rincón y siento que no se han quedado solos, reinventaremos la quimera. Entonces tomé su libro y con mucha nostalgia le escribí: gracias te doy por tus enseñanzas y ruego a Dios para que estés en el cielo junto a Consuelo. No entristezcas, pues es el camino que espera por todos. De corazón que me harás falta.
El compañero de las tertulias fúnebres en las madrugadas tristes, dentro la alegría de la muerte humilde, había seguido el itinerario de las sombras, tantas ocasiones vividas por quienes hoy son fieles acompañantes y en el devenir los nuestros, ese pueblo que marchó y no para de crecer.
De la mano del poeta que tantos elogios hicistes, el dilecto amigo tacariguero José Jesús Jiménez, dedico:
Ausencia
¿Qué duele más
partir a lo eterno
o el vacío de la ausencia?
-simplemente es el tiempo-
Emigrar a la ausencia misma
y buscar un camino infinito….
Lo vi tan de cerca, taciturno, trajeado de gala, tan definitivo y decidido, manos cruzadas sobre el marrón de lino, tan extraño a la espera del coche que arriba por única vez y se convierte en la yacija, nuestra morada real. Sólo cumplí con la contemplación.
De los versos doblemente marcados, que en aquella nocturnidad habías leído para que me le dieras tus sabios consejos, te dejo:
La vida del negado
Qué sabe la muerte de vida
si en los espacios obscuros no hay
luz si no ha ascendido el corpus al éter.
los descarnados los negados sin futuro
sin presente no han retornado.
Que crueldad sólo vivir de recuerdos
de encuentros ulteriores al QEPD.
¿Quién eras cuando centuria y media
no se salía del orbe para acariciar estrellas?
Fuiste asensible ignoto amorfo (un negado)
Dentro de centuria y media
certeramente símil: asensible ignoto
amorfo (un negado)
Cuántas veces en vida te has negado a existir
has amanecido blando de alegría
endurecido de tristeza
entregado en cuerpo y alma
Embriagado de muerte en manos
de una Smith o de horcas irrefrenables
del barbitúrico y la cúspide.
En época de desahuciados
las tinieblas arropan tu ser
los faros se queman
con tu pedacito inútil de tiempo.
Qué triste es irse triste.
Ténle miedo a la oscuridad que te aguarda
si no recuerdas si no sabes quién eres
así sólo dos rounds: VIDA Y MUERTE
como vigilia y sueño
como día y noche.
El sombrero que camina se esfumó entre las montañas, a descifrar los misterios develados que por años nos inundaron: el encuentro de Pablito Romero Millán con el Comandante Amigo en El Río de Tacarigua. La muerte y enigmática desaparición del mártir Felipe Malaver, el paso del hombre de las dificultades (Bolívar) por la trocha real, la medalla dorada con la imagen de la Virgen del Valle, del patriota Arismendi, y tantos más, porque la vida aún es una fantasmagoría, esa que te rodeó y formó parte vital de tu obra literaria.
Mientras tanto, en los caminos de La Rinconada, del Tamoco, San Ramón o Mureche siento el crujir, traído por la suave brisa, del trapiche de Mantente, escucho el canto del pájaro de Geminiano, veo esfumarse por el verdor del bosque la iguana que le habló a Gabino, la sombra de Juan Macanilla huyendo de la Chinigua, de la culebra melenuda y el conejo brujo. Y me llevaste a recordar a Aquiles Nazoa y su burro come flores, a Julio Garmendia con su Cuarto de los Duendes y el Gusano de Luz. El Fantasma de la Luna y La Luz Burlona, cuyo escenario es el hermoso terruño tacarigüero, es un ensayo de la continuidad de tu prodigiosa pluma.
Déjame decirte respetado primo que en el mundo, en nuestro país y en esta región es difícil encontrar un autor con una obra escrita de 55 libros, de los cuales 35 publicados y 20 inéditos, en una variedad de temas y géneros literarios como El Cuento, Poesía, Monografía, Relatos, Prosas, Biografía, Historia, Antropología, Investigación folclórica, Narración, Mitos, Creencias, Discursos, Recopilaciones, Rimas, etc, además de dictar charlas, conferencias, prologar libros, apadrinar obras literarias, orientar a cientos de estudiantes, ser un excelente contador de cachos y chistes, redactor de documentos, picapleitos, polemista, hombre de prodigiosa cultura y profunda memoria histórica, reseñado como referencia bibliográfica en varias publicaciones, sin percibir un centavo por el esfuerzo intelectual.
La multitud dirige sus pasos hacia la morada de flores y cruces, donde el cantautor Guanaguanare vocaliza una sentida letra póstuma nacida de la propia muerte; a su ingreso una alucinante ovación escuchóse a lo largo y ancho de la plaza sepulcral. Imaginé alegría en sus habitantes por el arribo del ‘piache superior’. Era uno más de la cadena; pocos días antes dejamos la vida joven de Jesús Lárez Gil. En mi pueblo los difuntos no marchan solos.
A ellos, cercana su celebración escojo del Murmullo del Breñal, tu:
Oración por las almas
Las campanas del templo
se están quejando
o llorando;
la paloma del silencio
entre sus alas de brisas
el lloro se está llevando.
El reloj
con sus ojos de angustias
y sus manos de bronce
rompe el letargo.
En la espalda del mundo
nueve golpes está marcando.
Las agujas del tiempo
nos siguen demostrando
que la hora de ánima está llegando.
¡Hora de ánimas…
Mientras las oraciones vanse entonando
las cuentas del rosario hurgan despacio,
pasando súplicas
al Padre… al Hijo…
al Espíritu Santo…
¿Por quiénes oran:
Por los que fueron al camposanto?
¿Por quiénes lloran?
Por lo que en vida siguen penando?
Nadie lo ignora.
Ambos han muerto
mientras sus almas siguen vagando.
Rogar por todos…
Por los que esperan
en sus viacrucis
con sus rosarios de penas
sin esperanzas.
Vivos rosarios de sufrimientos…
Por los que viven muertos de hambre.
Por los que han muerto
rogar bastante.
Rogar por todos;
rogar por ellos…
bastante.
Feneciendo la escena, una policromía extensa de hermosura mayor se dibujó en el cielo en pleno costado del Griego.
Aún el jolgorio colectivo y la sonrisa que opaca lo mortal sentíase en la gente propia, el vecino y los venidos de otras localidades, a su regreso por el camino dejando íngrimo tu cuerpo de los vitales, pero en la mente tu recuerdo. Te prometo que regresaré a tu hogar a sabiendas que no hallaré meciéndose descalzo y sin su sombrero amigo, a quien había soñado acercarse algún día al Cielo, para pedirle a Dios que le regalara una lluvia a su pueblo. Siendo las 10 nocturnas, nubes oscuras se posan en el firmamento, las gotas inician su caída y el agua bendita sobre el suelo de Tacarigua nos indicaba que su sentimiento onírico, era realidad.
Con rebozo pensé: Gracias por esa lluvia fresca, de seguro estás en El Paraíso, hasta siempre, sencillamente CHEGUACO.
Espera por la palabra
Hay un tiempo de tristeza
la pluma remontó su vuelo
sus hojas esparcidas están
El alba semilla luz
desciende sobre la esperanza
La musa flamea triunfal
ganando el ejemplo su himno
(A José Joaquín Salazar Franco, con el afecto de Jesús Malaver).
UN VERSO PARA CHEGUACO
AUTOR: DALMIRO JOSÉ MALAVER QUIJADA “La Culebrita de Oriente”
FUENTES: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
Revista MARGARITEÑERIAS N°5 II Etapa, Septiembre, Octubre 2000
I
Veintisiete fuese el día
De Julio Mil Novecientos
Veintiséis son los momentos
Cuando un niñito nacía;
Jerónima lo paría
En un rincón insular
Y cuando fue a bautizar
Julián a su chipilín
Lo nombró José Joaquín
De apellido Salazar.
II
De apellido Salazar
Franco, le dicen Cheguaco
a la persona que ataco
Queriéndola escudriñar;
Primaria suele estudiar
Luego se hace agricultor
Sindicalista de honor
Y hasta empleado público es
Este hombre que después
Se convierte en escritor.
III
Se convierte en escritor,
De la letra costumbrista
Y llega a ser el cronista
De su pueblo ensoñador;
Por su don de indagador
Con su relato yo vibro
Y la vivencia calibro
De mi pueblo en la lectura
Porque en folklore y cultura
José Joaquín es un libro.
IV
José Joaquín es un libro
Con las páginas doradas
Letras de oro, imprentadas
Que cuando lo leo yo vibro;
En su relación calibro
Al cronista más certero
Que ha mojado en el tintero
La pluma del corazón
Este hijo de excepción
Del pueblo tacariguero.
V
Del pueblo tacariguero
Cheguaco es la calle real,
La plaza, el pozo, el conchal.
Mureche y su conuquero;
Es el hombre del sombrero
Que monta la burra en pelo,
Y para calmar su anhelo
Hasta se vuelve juglar
Cuando lo suele inspirar
La brisa del portachuelo
VI
La brisa del portachuelo
Suele acariciar su piel
Con fragancia de clavel
Que tiene olor a consuelo;
esa que brilla en el cielo
con Jesús, María y José,
Y que no pierdas la fe
En la inmensa lejanía
De alcanzar Cheguaco un día
La estrella que se te fue.
AL HOMBRE DE PUEBLO QUE DIOS PREMIÓ
AUTOR: Lic. ELVIA RIVERA DE SUNIAGA.
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
Alta figura, en todos los sentidos, en estatura y personalidad. Hombre humilde que nació, creció y se desarrolló dentro de su pueblo. Ayudando a quien le solicitaba orientación o información con relación a:
- Elaboración y registro de documentos; cuántos tacarigüeros lo buscaron?
- Buscando información con respecto a la historia regional.
- Pidiendo orientación sobre duendes y espantos
- Estudiante de todos los niveles; yo fui uno dele ellos cuando hice la tesis sobre ¨El rescate de la cultura agrícola¨ a través (le las escuelas en Tacarigua, con él supe que de Tacarigua salieron 50 gallinas para los patriotas que pelearon en la Victoria.
- Era sabroso hablar con él, uno gozaba y aprendía.
Una vez dijo en la Escuela de la Sabana de Guacuco, a la cual fue invitado para ira hablar a los niños sobre cultura, que los maestro no debían regañar a los niños por inquietos, pues, él conocía a un monseñor que fue terrible cuando niño y hasta abogados, y refirió a Bolívar como a un muchacho inquieto. Que los niños inquietos eran niños sanos y emprendedores porque no conocían el miedo.
El sábado caminaba como lo venía haciendo, pero qué vaina, la muerte lo tocó. ¿Saben?, pienso que supo vivir la vida y que Dios lo premio con sabiduría, porque llegó a inmortalizarse y pasar a nuestra historia como hombre polifacéfico, lo que muchos profesionales universitarios no han podido lograr.
El domingo supe que las personas mueren cuando no dejan su huella marcada en la vida de los demás.
Ese seguirás siendo tú, paisano Cheguaco.
CHEGUACO: DESCALZO HIZO HISTORIA
AUTOR: Guberlín Rojas Bonilla
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
CHEGUACO: EL SÁBADO 30 DE
SEPTIEMBRE DE 2000 DEJÓ DE EXISTIR
JOSÉ JOAQUíN SALAZAR FRANCO,
CONOCIDO COMO CHEGUACO QUIEN
OBTUVO NUMEROSOS PREMIOS POR SUS
ACCIONES, ENTRE ELLOS SER UN PADRE
EJEMPLAR Y PRODUCIR OBRAS DE
TRADICIONES, LEYENDAS Y COSTUMBRES
DE NUEVA ESPARTA
Fue protegido por las chiniguas, los chinamos y por aquellos personajes es critos por él, recogidos de una tradición oral. En los bautizos de los libros de sus colegas invocaba a los espíritus de los mares, los cielos y la tierra y con una totuma finalizada el ritual de ceremonia, recordando los mitos y la preeminencia del don creador ante la mediocridad, la envidia y el egoísmo.
Era un hombre humilde y sencillo quien no buscaba prebendas, ni premio alguno, sino la fe constante en sus obras literarias, de la cual la mayoría nos hemos servido para conocer más de nuestro folklore y tradición.
A José Joaquín Salazar Franco (Cheguaco), Cronista Oficial de Tacarigua, lo veíamos caminar desde la Imprenta a la Gobernación con sus libros bajo el brazo, sin dejar de sonreír y llevaba orgulloso su sombrero de cogollo, el cual representaba para él su amor a la tierra margariteña, como él decía: ¨Soy un cultivador de las letras¨.
Su esfuerzo tiene un lugar especial en la historia de Nueva Esparta.
Amó la escritura y tubo 28 libros de distintos géneros publicados y 24 ineditos. No tenia tiempo para el ocio. Fue un incanzable promotor cultural e investigador del folklore.
Su mirada de hábil observador, escudriñaba con pasión esos pequeños detalles que le dan sentido a la vida. Y con sus manos tersas construia un lenguaje un lenguaje fluido, que apreciamos tanto en sus libros como en sus tertulias.
En sus corazon tenía un objetivo ser el orgullo de sus progenitores: Jerónima Micaela Franco de Salazar y Julián Obdulio Salazar Lárez. Después de nacer el 27 de julio de 1926 estudió primaria, se hizo agricultor, sindicalista y empleado público. Perteneció a varias organizaciones culturales. Recibió condecoraciones privadas y oficiales.
De su alma latió esa persistencia por proyectar nuestra crónica e historia y floreció en él una biografía que desde hoy podemos leer por su valioso aporte y contenido: “La Tacarigua de Margarita”, Matasiete y La Libertad”, “El Cercado, su Gente y su Cerámica”, “Artesanía Tradicional Margariteña”, “Los Terrazgos de Cheguaco”, “Francisco Esteban Gómez”, “Mitos y Leyendas Margariteñas” y últimamente “El Murmullo del Breñal” (Poemario).
Después que se ha muerto algún miembro querido de la sociedad, ciertas tradiciones del mundo tienen largas fiestas, mientras otras guardan un luto en el negro vestir. Pero sabemos que el espíritu de Cheguaco andará con nosotros cada vez que leamos de Chiniguas, Aparecidos, porque él sigue “ligero de equipaje”, descalzo haciendo historia.
CHEGUACO… EL BOLIVARIANO
AUTOR: JULIO CÉSAR DÍAZ OJEDA
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
Muchos de nosotros conocimos a José Joaquín Salazar Franco, Cheguaco, como el campesino culto… el que escribe, el que comenta, el que cuenta, el que inventa; aquel que dice en prosas el amor y el sentimiento que sale desde adentro para luego con la más firme intención y alevosía, hacernos estremecer de emoción y pasión, muchos también tuvimos el privilegio de compartir con un Cheguaco Bolivariano, el auténtico defensor y difusor del pensamiento de Simón Bolívar, a través de sus obras escritas, sus charlas a los alumnos de escuelas y de cursos de los centros sociales y culturales, en los conversaciones que a diario mantenía con un amigo, un profesional, un estudiante o simplemente un curioso que se acercaba a las tertulias esquineras de la Asunción o Tacarigua. Ese ideal bolivariano auténtico era expresado de una forma sencilla y clara, con esa facilidad de decir las cosas, con un carácter recio y determinarle para que todos los entendiéramos. Como Consorcio de la Sociedad Bolivariana, Cheguaco luchó contra aquellos personeros de la educación y el gobierno que quisieron minimizar y muchas veces desaparecer la difusión, la importancia, el valor social y moral de esta institución creada por el Almirante Rafael Urdaneta y Oficializada por el General López Contreras. Como apóstol del Ideal Bolivariano siempre estuvo presente en cada ofrenda que se le rendía a libertador, en cada convención de la Sociedad Bolivariana representando al estado Nueva Esparta y en cada mensaje en aulas abiertas cuando reseñaba los pasajes de Bolívar por Margarita. Compartir con Cheguaco fue nutrirse de experiencias, porque era un libro abierto de fácil consulta, de interpretación nuestra y de ilustraciones propias. Cheguaco prolífero de Cuerpo, porque llenó de buenos hijos los pueblos por donde pasaba, cuántos aprendimos de las orientaciones de él; prolífero en las manos, en la semilla que enterraba para producir una siembra frondosa en su conuco tacarigüero; en el lápiz de creación para perpetuar las costumbres, creencias y formación bolivariana; y prolífero en la mente, porque como lo decía él, ¨no estudié mucho, pero pude encaminar a mis hijos para que lo hicieran, escribí totalmente para que me entendieran y trabajo todavía para sentirme útil…” tan útil que escribió más de 25 libros y textos y dejó más de 20 en publicación. Los que compartimos con Cheguaco, nos quedan compromisos para mantener el espíritu de lucha bolivariano. El primero, no dejar caer la Sociedad Bolivariana, Capítulo correspondiente a Nueva Esparta a la cual nos consta el empeño que puso siempre por no ser solamente el Presidente de la misma ni por mantenerse sólo para complementar el curriculum en su hoja de vida, sino por hacer sentir la responsabilidad que tenemos todos de trasmitir el auténtico y verdadero mensaje de Bolívar, sobre todo en estos tiempos en donde utilizan el nombre del libertador para las conquistas políticas; Segundo, difundir la obra cultural, social y moral que nos dejaste, tercero estar presente en cada honra al Libertador y cuarto mantenerte vivo siempre con Chinigua, sombrero y todo entre nosotros Cheguaco vivirás por siempre…
SEMBLANZA
AUTOR: Jorge A. Acosta Rada. Escultor
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
El encuentro con un hombre como Cheguaco, queda impreso en la memoria. Su pausada forma de ser, su característico sombrero y su gran estampa, acompañados de su cariñosa disposición a la amistad hacen de él, el personaje inolvidable que transmite lo vital de su pueblo, que carga sin pesar de un lado a otro el fiel recuento de la historia local, provisto de humor y de esa inteligencia popular propia de quienes saben observar con detalles el lenguaje tradicional.
Con él hemos descubierto de manera amena y simpática las leyendas y los cuentos de la Isla Margarita. Chinamos, Chinamitos, la Llorona y todos sus personajes fantásticos y mitológicos nos llevan de la mano a un mundo mágico creado a su manera y a su inconmensurable medida. Este poeta popular de Tacarigua nos acostumbró a esos bautizos que hoy se hacen imborrables y son parte expresiva del mundo poético insular.
Su partida nos deja comprometidos a su inquieta e incesante necesidad de escudriñar la identidad de la tierra en que vivimos, a apreciar los valores populares y hacer de la cultura del pueblo una fuente de permanente y de creativa simiente para el desarrollo socio cultural de la región.
Como funcionario público se debe destacar su paciente y religiosa constancia a la labor que desempeñaba en el registro, su amable saludo y las buenas razones eran ejemplo de conducta para quienes requerían de sus servicios, hombre sencillo y afable con gran sentido de la cordialidad que hoy se hecha de menos.
Cheguaco, amigo… ya no verás los crepúsculos ni los atardeceres con nosotros…
tus mágicas palabras nos acompañarán y los huracanes de sueños de los que aquí vivimos tendrán presentes tus enseñanzas.
“Ahora que nos enfrentamos a la verdad de Venezuela, es necesario fijarse en la lección de gentes como José Joaquín Salazar Franco (Cheguaco), viéndolos no como seres exóticos, sino como hombres de fe y testimonio como hacedores comunes que dominando el código de su inventiva y creación enraízan con sus oficios y actitudes nuestra verdadera identidad.”
AL AMIGO CHEGUACO
AUTOR: ALEXANDER ”Piter” RIVAS
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
“A VER…” contesta, Cheguaco cuando toma el teléfono para informarle cualquier actividad de FEDECENE.
Amigo Cheguaco hoy reunidos toda una gran familia que ha venido creciendo bajo el abrigo y conducción de tanta gente noble, perseverante y que se sacrifican por el desarrollo de sus pueblos té vienen a despedir.
La imagen de Pablito Romero, nuestro promotor cultural insigne, tú maestro Cheguaco, nuestro maestro que nos daba ejemplos de constancia y ejemplos de una verdadera vocación por el trabajo comunitario. Reúnete con él para que juntos, al igual que otros amigos ya fallecidos, puedan iluminarnos para seguir como quijotes en la dura lucha por nuestros Pueblos. Tus amigos Cheguaco: de la Otrabanda, Santa Isabel, Loma de Guerra, Atamo Sur, Guacuco, Santa Ana, los Millanes, La Vecindad, Ciudad Cartón, Pedregales; la Gran familia Fedecenista te despide. Vivimos gratos momentos: Cachos, chistes, anécdotas, refranes, dichos, tus conversaciones sobre las tradiciones culturales de los pueblos. los niños y jóvenes ponían atención sobre tus relatos sobre esas vivencias genuinas de Margarita y Coche. Fuiste reconocido como gran folclorista nato de esta región, así lo recoge la canción de los caminanticos, Muchacha cercadeña difundida por el maestro Beto Valderrama y Chico Toño Mata.
CHEGUACO, el escritor, el poeta, el cachero, el orientador, el conocedor de documentos, metido entre libros, el Abogado graduado con la práctica.
A tí rendimos este saludo como expresión de afecto y aprecio por ser ejemplo como símbolo de la preservación viva de nuestra identidad cultural. Queda tu obra, tus hijos, tus amigos del movimiento cultural. Te fuiste precisamente el día de San Gerónimo. Día de Gerónima tu madre. De repente te llamó para que siguieras en el cielo escribiendo esas historias que nos identifican. Para algunos tú si escribías embustes Cheguaco y contestabas: “Tú mas pendejo que los lees y los crees”.
Esas chispa Tacarigüera que te llevas. Tu forma jovial dicharrachera que cultivaste entre amigos. Recuerdo el reciente programa que hicimos desde tu casa con motivo de tu cumpleaños y me decía.. “Mira Piter, vamos a hacer una vaina, vamos a recoger esas sillas de la puerta porque la gente va a pasar y creerán que se murió Cheguaco… Qué vaina.. mejor échate un palo de Ron…”
¡Ese era Cheguaco! Un hombre que deja testimonios de gratos momentos entre amigos… Testimonios que agradecemos a sus amigos escritores que recojan esas anécdotas y las publiquen para que su acción siga presente entre nosotros.
¡Adiós Cheguaco… iGracias por tu apoyo. Nos enseñastes a caminar en este camino pedregoso pero que da satisfacción espiritual y de realización personal porque se trabaja en función de la gente.
Es muy difícil olvidar tu imagen. Quedarás grabado en los niños, niñas, adolescentes, promotores. Viejos Robles, en los Centros Culturales, entre músicos, poetas y escritores.
DESCANSA EN PAZ AMIGO CHEGUACO.
Ayúdanos para que FEDECENE siga siendo un andar sostenido hacia la permanencia.
JOSÉ JOAQUIN SALAZAR FRANCO UN EJEMPLO PARA LA JUVENTUD VENEZOLANA
AUTOR: ELVIA MÉNDEZ
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
PASAR 41 AÑOS TRABAJANDO EN EL MISMO LUGAR
ES UNA REFERENCIA OBLIGADA QUE NOS OBLIGA A
REFLEXIONAR Y HACER UNA SENTENCIA EN CUANTO
A LOS EXCELENTES RECUERDOS QUE AÚN PERVIVEN
DE LAS ÉPOCAS PASADAS
Decididamente el valor de Cheguaco no es sólo por el material que en el campo costumbrista deja para el país. No. Cheguaco es un ejemplo total para nuestra sociedad, para nuestra forma de ser, de sentir y de hacer. Con esta aseveración no se pretende ocultar el hombre que gustaba de tomarse los tragos o de andar, en su época, de enamorador por esos mundos de Dios. Lo que se quiere resaltar es el hombre que a pesar de no haber estudiado logra una sólida formación a nivel empírico y autodidacta que le hace trascender en la historia como un auténtico profesional en el campo humanístico.
Pasar 41 años de su vida en el Registro Principal y dominar a plenitud las funciones de este organismo, es un ejemplo más de la capacidad intelectual de este campesino que nunca se avergonzó de serio, como tampoco olvidó sus faenas agrícolas. Como tampoco olvidó sus funciones de padre, al obtener junto a su compañera de vida, una bella y sólida familia.
A sus compañeros les queda el recuerdo de haber compartido con un trabajador especial, que disfrutaba enseñándoles o asesorándoles sobre algunas cosas que no conocían. Al Registro usualmente llegaban profesionales del Derecho a solicitar asesoría en temas que sabían que Cheguaco manejaba a la perfección. En algunos casos, cuando el Registrador Principal se ausentaba, el campesino escribidor y Escribiente 1, cubría esa ausencia en calidad de Registrador Accidental, ¿qué tal?.
También refieren sus compañeros que durante su permanencia en el Ministerio, sólo disfrutó 1 vacación, es decir le adeudan cuarenta. Que en compañía de algunos de sus hijos, los sábado pasaba la mañana en el Registro, organizando y/o para estampar las notas marginales a los documentos. “Cheguaco era una padre para todos nosotros” expresa muy triste Eurides Quijada. Era un amor, tenía su carácter, pero respetaba mucho a sus semejantes.
Cheguaco tenía una mente descriptiva del archivo, conocía los libros hasta por el lomo. Se conocía toda la historia documental de Margarita, dice Eurides. Y lo que más llama su atención es el conocimiento de Cheguaco, hasta los sucesos del exterior los conocía. Siempre nos asombraba respecto a sus conocimientos.
Eurides tenía 23 años a su lado aprendiendo desde cómo se encuaderna un libro, hasta cómo se amarraban. Cheguaco dominaba el Código Civil sin necesidad de buscar el libro, la Ley de Registro Público, Ley de Timbres Fiscales, el tenía los conocimientos para haber ocupado el cargo de Registrador, pero legalmente se lo impedía el no tener el título de abogado.
PÉRDIDA DE UN PARADIGMA LA PARTIDA DE CHEGUACO
AUTOR: ELVIA MÉNDEZ
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
Es obvio que la cultura pierde un baluarte, un paradigma, lo cual genera un vacío que tardará mucho tiempo en ser ocupado. la partida de Cheguaco, más que un vacío cultural es una carencia bastante profunda de un valor necesario para el cambio social que debe venir justamente cuando los valores son requeridos en el proceso de recomposición social que requiere el país, así se expresa el profesor Ramón Salgado, del Departamento de Evaluación del Liceo Nueva Esparta.
Según el punto de vista del educador, es necesario insertar. La cultura en la vida diaria es como una tarea legítima de rescatar todos los valores que se han ido perdiendo con la incorporación de la sociedad de consumo y del nefasto materialismo.
Cheguaco se convirtió en una obligada referencia moral de Nueva Esparta, en razón de sus virtudes ciudadanas y del buen ejemplo que constituyó para sus coterráneos.
OPINAN LOS TRABAJADORES CULTURALES SU OBRA VALIOSO APORTE PARA LA CULTURA INSULAR
AUTOR: ELVIA MÉNDEZ
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
- EN EL SECTOR CULTURAL LA PARTIDA DE Cheguaco ESTREMECE EL CONTORNO Y ENTORNO DE UN QUEHACER QUE NO TIENE DOLIENTES PERO Sí UNA SINGULAR IMPORTANCIA EN EL FORTALECIMIENTO DE LA IDENTIDAD DE LOS PUEBLOS Y POR SUPUESTO EN EL DESARROLLO ARMóNICO QUE DETERMINA A LA REGIÓN INSULAR COMO EL EXCELENTE DESTINO TURíSTICO CARIBEÑO.
Para el cantautor Simón Guerra, la partida de Cheguaco significa un vacío para la cultura venezolana, en especial para Nueva Esparta, por su gran creatividad y amor profundo por su tierra. Chico Toño, otro valor cultural del Estado, deja vagar el pensamiento en la inevitable partida y expresa que para la gente que ama a nuestra gente, es un verdadero dolor. A su juicio la cultura pierde una parte su esencia.
Edgar Brito expresa que los centros populares tradicionales han quedado huérfanos. A juicio del Cronista de La Asunción, Lic. Luis Alexis Marcano Boadas, la referencia más indicada para ahondar sobre el costumbrismo margariteño, lo representaba Cheguaco. Por lo tanto él considera que su obra debe ser consulta obligada en el sector educativo y por todos los sectores. Para el Culí, es la pérdida del olor a tierra de lo nuestro. Genuino representante de la esencia neoespartana.
Para el checo‑margariteño Carlos Stor, haber tenido la oportunidad de compartir con Cheguaco la pasión de la investigación por las costumbres y tradiciones y de haber sido aceptado como un ñero más, es una bendición. “Me une a la gente de Tacarigua un amor muy profundo, pero el respeto y admiración por Cheguaco va más allá de la eternidad. Sin duda que ha dejado obras de un incalculable valor en el campo costumbrista y me ha llenado de orgullo que me dejara ilustrar parte de su vasta obra”.
“Es un dolor muy profundo porque fui su amigo, su médico personal y su compañero de trabajos culturales”, expresa el eminente siquiatra Emiro Marcano Maza. “Para el movimiento cultural es gran pérdida, Cheguaco representa el sentimiento puro de la comunidad y sus enseñanzas quedarán sembrada en nuestra mente”, expresa Rubén Moya de Fedecene.
Según Iris Tocuyo, una navegada sembrada en Nueva Esparta, Cheguaco, es un ser especial lleno de sabiduría que representa a Venezuela, que para los margariteños o navegados siempre tenía planteamientos muy claros y muy respetuosos. Para el doctor Jesús Basilio Hernández, Cheguaco se marcha feliz porque él tenía la virtud de dedicarle todo el tiempo a su vida a la historia del costumbrismo, acción que se trasluce en el importante legado que le deja a la educación y a la cuItura. Incalculable testimonio a ese esfuerzo de la investigación.
ENTREGADO A LA ACCIÓN CREADORA
AUTOR: ELVIA MÉNDEZ
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
EL ESPIGADO JOVEN CAMPESINO QUE EMIGRó EN 1946 A LA VORÁGINE PETROLERA DE LA POBLACIóN DEL TIGRE EN BúSQUEDA DE “MEJORAR SU POSICIÓN EN OTRA LOCALIDAD” REGRESA A SU ISLA NATAL LUEGO DE 3 AÑOS DE AUSENCIA, PARA QUEDARSE PRENDADO DE SU CHELA QUERIDA, EL AMOR DE SU VIDA Y ANCLARSE PARA SIEMPRE EN su TACARIGUA.
José Joaquín Salazar Franco CHEGUACO, nace el 26 de julio de 1926 en su Tacarigua de Margarita. De la mano de sus padres Julián Salazar Lárez y Jerónima Franco de Salazar, conoce los secretos e importancia de cultivar la tierra. Eufemia Franco, su tía materna, le brinda la oportunidad de convertirse en vendedor por las polvorientas calles de Tacarigua de los pasteles, chorizos, arepas y confites que ella preparaba. Una niñez muy parecida a todos. Compartir los juegos con el trabajo y el estudio. lo diferente, terminar la primaria y dedicarse a trabajar en el conuco.
Ah!, pero al muchacho de 17 años se le ocurrió encompincharse con Pablito Romero Millán, su mentor literario, Anbal Rodríguez, Ninito Cabrera y Juan Salázar, entre otros, para crear dentro del centro Cultural “Guevara” un rincón para discutirlos acontecimientos internacionales, nacionales y por supuesto, lo relativo a Margarita. Las tardes en el Centro Cultural servían de guía para los pavitos que se iniciaban en el mágico mundo de la poesía y de la literatura en general. Así comienza el mundo cultural de Cheguaco. Así comienza a volar con sus propias alas.
Un viaje, una despedida
Apenas tiene 20 años cuando decide buscar la suerte en la empresa petrolera que estaba en apogeo en Venezuela, prepara su viaje para El Tigre, lugar donde se encontraría con amigos y familiares . En esa fecha, escribe la Despedida. Allí se puede percibir la alegría que el viaje le produce, pero también denota la tristeza que embarga su apasionada y juvenil alma por la partida a ese destino incierto.
Un amor que le aprisiona para siempre
Mil noventa y cinco días alejado de su lar. Sudando la gota gorda entre esos trapiches, como él llamaba a los calecines. Un día de esos regresa de vacaciones, se reencuentra con Consuelo, su amor para toda la vida. la madre de sus 9 triponcitos que a fuerza de batallar con la vida, Chelo y Cheguaco les muestran el camino para que todos puedan colgar en la pared del hogar ese pergamino que indica la profesión y la fecha en que se recibieron, bueno, todavía falta Francis Judith José. Bien, la energía de los 23 años, el amor por Chelo y la pasión por la tierra, le induce a formar su hogar y mandar pa’ el carajo, el tiempo y las prestaciones en el sueño petrolero.
Un camino lento y seguro hacia la posteridad
Indudablemente que la presencia y participación permanente en el campo cultural durante 58 años y su vasta producción literaria en el área popular tradicional, refleja a grandes razgos su dedicación a la investigación y preocupación por la identidad insular. Con apenas sexto grado Cheguaco logró cultivar una vasta cultura general que le permitió asesorar a estudiantes de primaria, secundaria, universitarios y hasta profesionales universitarios. No sólo a nivel cultural, también muchos abogados oyeron sus sabias explicaciones, en cuanto a las leyes, las cuales conocía de memoria, amén de su interpretación.
La india Belicha, su musa creadora
A decir de Cheguaco, según sus hijos, él siempre se refería a la india Belicha como la magia que le permitía escribir hasta el cansancio. “Era una viejita flaca, muy arrugadita, que parecia una cucarachona, pero que en su juventud había sido muy bella” y a la que había prometido escribir en su último libro la vida y milagros de Belicha, cosa que no ocurrió por su repentino viaje. De repente en esos 20 libros que aún quedan por editar, José Joaquín nos va a obligar a leer entre líneas y conocer a su Belicha. Todo es posible, tratándose de Cheguaco.
El sombrero, parte de su personalidad
A juicio de sus hijos, el sombrero era una parte más de su padre. Ellos no recuerdan haberle visto salir sin esta prenda y cada sombrero tenía su identificación.
Cuenta Oscar Armas que el sombrero de pelo e’guama que hace más de 20 años le trajo de Checoslovaquia fue el que se llevó para encontrarse con Chelo.
De verdad que uno nunca le vió sin sombrero. En las innumerables reuniones a la cual estuve presente, era usual observar esta prenda sobre la mesa o girando entre sus manos, hasta en las reuniones sociales su sombrero estuvo presente. Me atrevo a pensar, sin faltarle el respeto al hombre que tanto admiro, después Plablito Romero Millán, que cuántos secretos de sus correrías amorosas aprisionaron esa hilera de sombreros que pronto formarán parte del Museo de Cheguaco.
Una vida familiar muy intensa y Chelo su Norte
Indudablemente que José Joaquín y Chelo logran la cohesión de una familia armónica y respetuosa a fuerza de amor, comprensión y comunicación. Pero lo más importante de esta pareja, fue esa integración sellada hace 51 años después de su regreso del sueño petrolero por los lados de Anzoátegui.
A bordo de la hamaca, el escritor leía a Chelo, los manuscritos de la obra que estaba madurando. A su lado, pegadita de la hamaca, sentada en la silla, ella emitía su opinión, pues a decir de Cheguaco, “si mi mujer entiende lo que yo escribo, lo entiende el pueblo y para el pueblo es que yo escribo”. Es decir, que su mujer moldeaba sin querer el pensamiento literario de este cultor popular, que vivió para su mujer, hijos y para su gente.
Sus hijos y nietos
Catorce hijos, treinta y cuatro nietos y tres bisnietos, formaron su entorno familiar: Flora Mary José, Julián Andrés José, José Joaquín Jesús, Gerónima Eufemia José, Consuelo Carmen José, Jorge Jesús José, Mary Carmen José, Javier José Jesús, Francis Judith José (hijos de Consuelo), Angel Guzmán, José Jesús y Damarys Dominguez, Elida y José Angel, su hijo adoptivo.
Una Fundación para fortalecer su obra
La casa de Cheguaco será convertida en un Museo a fin de continuar la obra que emprendiera a partir de las tertulias en el Centro Cultural “Guevara” el carajito que apenas tenía 17 años. Sus hijos, conscientes de lo que representa para Nueva Esparta y para el país en general, el trabajo realizado por su padre.Han pensado remodelar parte de la casa para perpetuar a través del museo el pensamiento del cultor popular. La biblioteca estará a la orden de la mayoría de estudiantes y profesionales que día a día le visitaban en su casa o en el Registro Principal en búsqueda de la información cultural. “Es una marinera de respaldar la obra de un hombre que fue muy auténtico en sus apreciaciones y en su trabajo cultural”.
Así, mismo, editar las 20 obras que dejara inéditas y que, desde hace 3 años, los hijos de regalo de cumpleaños le traían desde Maracaibo el libro impreso.
La empresa pública y privada apoyó su trabajo
Los hijos manifiestan públicamente que su padre fue apoyado por las instituciones de la región insular y que gracias a este hecho desde 1970 se han editado 34 obras. luego, como regalo de cumpleaños, sus hijos han asumido la edición de 2 y la reedición de un libro agotado.
QUIEN DICE LLAMARSE JOSÉ JOAQUÍN SALAZAR FRANCO
AUTOR: ZULMA HIDALGO: MIEMBRO DE LA AENE
FUENTE: DIARIO EL CARIBE, CLARABOYA, Sábado 07 de Octubre de 2000.
¡Que alegría! quiero compartirla con ustedes queridos lectores, un poco atrasado mi pequeño homenaje a un hombre que aprecio y admiro, primero como ser humano sin dobleces, luego como conuquero sin complejos y por ser ejemplo de perseverancia y superación, gran cuentista, con la firme decisión de no dejar morir las costumbres de esta tierra donde nació y ama.
“A manera de presentación”
Cuando éramos muchachos, tanto a nuestro padre CHEGUACO como a todos los de la casa nos agradaba divertirnos leyendo y releyendo el libro que él, en su vieja máquina Olimpia ‑ donde todos aprendimos a teclear había preparado y bautizado como EL MURMULLO DEL BREÑAL. Después que crecimos y nos graduamos y cada quien cogió el rumbo que la suerte dispuso, cada vez que volvíamos a la casa paterna nos acordábamos del LIBRO, lo buscábamos inútilmente porque ni siquiera MAMACHELO nos daba razón de la inaudita desaparición.
En la última vez que logramos encontrarnos reunidos en la solariega casona y cuando menos lo esperábamos vimos el envejecido LIBRO en manos de uno de los nietos que ni siquiera lo había ojeado nunca y resolviendo por unanimidad hurtárnoslo, sin que el viejo se percatara, y aquí lo tenemos impreso con todas las de la ley, para darle la tremenda sorpresa el día de cumplimiento de sus 70 años.
Todos los HERMANOS.
Para que se den una idea de su sensibilidad les transcribo la:
“Dedicatoria”
“A mi pueblo:
Como una de las tantas semillas
echada a germinar
dentro del surco abierto
por necesidad”
” A mis viejas,
mi mujer y mis hijos;
como dación del alma
hacia lo más querido
con sinceridad”.
Lo que escribe en:
“Cantares”
Saber lo que el campo tiene
es una facilidad;
decir lo que duele al campo
esa es la dificultad.
Es hermoso y a la vez lleno de dolor y experiencia.
No se queda allí “además” nos hace una “Advertencia”.
Fundación José Joaquín Salazar Franco

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