Ventana Margariteña

Artículos varios - Denis Rodríguez - La mujer del ron

La Mujer del Ron

Que vaina, estoy muriendo y solo me viene a la mente el recuerdo de mi compadre. Mira que morirse mucho antes que yo. Tan inteligente, tan fuerte, tan decidido y vino esa enfermedad y lo mató rapidito. Que no hubiéramos hechos en la vida si no se muere tan pronto. Fue mi compadre el de la idea de fabricar ron, pero el mejor ron, fue él que decidió que debíamos hacerlo de la mejor melaza, fue él el le puso el nombre de ron Tacarigua, pero que con el tiempo todo el mundo lo conocía con mi nombre Ron Cheluis, fue que convenció a unos marineros a que llevaran el ron para tierra firme, las islas de Trinidad y Curazao y se conociera y se vendiera tanto, fue él quien organizó la empresa, yo solo fui el ejecutor de los planes…..

Que vaina con los recuerdos compadre: tu me llamaste cuando te estabas muriendo y mirándome le dijiste a tu mujer y tus dos hijos, – mi compadre los cuidará siempre, verdad compadre – y yo dije – sí-. Yo cumplí, iba a diario a tu casa, hablaba con tu mujer y tus hijos, estuve siempre pendiente de ellos, de su salud, de su educación, de su ropa, de todo. De ese contacto diario nació la relación con tu mujer. Ella no solo me dio su cuerpo, sino también me aconsejaba, me cuidaba, me llenaba de atenciones las pocas horas que estaba en su casa y nacieron esos muchachos. Con ella me sentía muy bien. Sabes, me dio buenos consejos referentes a la fábrica, sabía de ron, se opuso cuando quisieron agregarle amoníaco para que el ron se añejara más rápido. Ella cuidó y protegió a todos sus hijos, a los tuyos y a los míos. Todos son unos profesionales solventes, de prestigio, que lástima que no se ocuparán del ron, por que el alambique cuando me muera, se cerrará. Antes de morir tu mujer, me llamó y forme parte de una reunión con todos sus hijos, del primero que habló fue de ti, luego de sus hijos y por último se dirigió a mi, nunca te olvidó, quizás yo fui un medio para poder criar y educar bien a sus hijos y evitar que mientras ella viviera no cerrara el alambique y así el recuerdo tuyo siempre estuviera presente. Su amor fue para ti. Para mi agradecimiento……

Estoy solo, cerca están los hijos de tu mujer, nuestros hijos. Solo ellos, son agradecidos. Mis otros hijos, los de mi esposa y los de mis otras mujeres no están presentes. Están muy ocupados sacando más cuenta que Chendo el matemático, de lo que le quedará de la herencia. No siento remordimientos. Pero pensándolo bien compadre, que quien merecía reconocimiento es su mujer, quizás fue ella la que le dio esos buenos consejos que después UD me trasmitía y después que UD murió, ella siguió dándomelos a mi. Todas las cosas y momentos buenos que tuve el la vida en gran parte se lo debo a ella. Ella fue la mujer de ron.

Fundación José Joaquín Salazar Franco

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