Ventana Margariteña

Artículos varios - Denis Rodríguez - La mosca verde

La Mosca Verde

– Vengo a esta casa, por que me han dicho que acá vive la mujer de mis sueños-, dijo Pedro. Sin esperar respuesta del dueño de la casa, hizo una seña con los dedos y entraron a la humilde sala unas mujeres con maras llenas de pescados. Chael, el dueño, sorprendido preguntó:

– ¿Qué mujer?

– Carmen

Pedro vio por primera vez a Carmen cuando iba en peregrinación al Valle de la Margarita y pasó por el Pueblo. Se deslumbró por esa mujer humilde pero bella, sencilla pero sensual, se prometió buscarla y hacerla su esposa.

Carmen no vio a Pedro, porque estaba distraída conversando con su novio, –Merejo, de profesión fogatero-, un vecino y con quien había compartido en los años de su vida, momentos de sublimes alegría y pasión.

Sostiene Peruchito que, el día la visita de Pedro, Carmen no estaba en su casa. Chael al ver esos pescados tan grandes, tan frescos, casi vivos, se rió sólo. Nunca más pasarían hambre su familia y su gente más cercana, si Carmen se casa con ese Guachoco. –No me importará si llueve o no, si se da el malojo o no, al diablo con el azadón- dijo.

Chael se confabuló con Pedro, para que éste lograra su objetivo. Acortaron reunirse un día indicado, de manera que tuviera presente Carmen. Pedro siguió trayendo pescado para el Pueblo, que la vendedora tradicional Yuya, quebró. Lo que no sabían Chael y Pedro es que, el amor tiene una sola entrada y pero muchas salidas. Carmen no sentía el más mínimo afecto por Pedro y menos deseaba casarse con él.

Sostiene Peruchito que, Chael y Pedro, sin consultar con Carmen, decidieron que el matrimonio se realizaría el próximo sábado. Carmen se enteró, Llegó el día. Ese día, Carmen se salió con Merejo, con quién viviría feliz toda la vida. Pedro, perdió toda su inversión en pescados, y también en mariscos y moluscos que trajo cuando la pesca se negaba y no jalaba. Chael, cuando se enteró lo que hizo su hija, dijo:

– Hay que ver que algunas mujeres son como la mosca verde: dejan de pararse en una flor para pararse en una plasta.

Fundación José Joaquín Salazar Franco

Visita nuestro Facebook y Síguenos...