Biografía de Pedro Rivero Núñez
Escrita por Domingo Carrasquero Ordaz
Fue un día Martes cuando Isabelita Núñez, la hermana de Roque y Matilde y Valentín, trajo al mundo, en Tacarigua, Estado Nueva Esparta, a las 6 de la tarde a Pedro José, un día 04 de diciembre del año 1.935, de la mano de Chica Romero, entre truenos, relámpagos y rayos. Los truenos opacaban el llanto de ese niño, menudo, de 46 centímetros de largo y un poco más de 2 kilos de peso. Fue un día de felicidad plena para su padre Luis Beltrán Rivero Millán, quien no perdió tiempo para celebrar uno de los días más importantes de su existencia: primer hijo y varón.
La Margarita de mis primeros años era hermosa, solo se veían los cerros llenos de verde y gris, los pájaros aleteando sus trinos y cargando sus colores en plena faena y en pleno dolor; burros con sus agajes olorosos a cerros y azadones con la tierra de los mismos; todo verde, todo gris y yo con mi azadoncito, ayudando a papá quien con sus frases o gritos en vez de recriminarme mas bien me alertaba y ponía en el camino del bien.
Pedro inició sus estudios en la Escuela Federal Nº 17 en su pueblo natal hasta el Tercer Grado y luego concluyó la primaria en la Escuela Napoleón Narváez de donde egresó en 1.950. Continuó su formación hasta el Cuarto año de Bachillerato en el Liceo Risquez de La Asunción y por la circunstancia de no poder seguir su último año en ese centro educativo al no existir el Quinto año, se fue al frío de Mérida donde, en el Liceo Libertador, alcanzó el título de bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas.
Me acuerdo cuando pequeño que Ernesto Ordaz tenía una especie de bomba de gasolina de color rojo con su bombita para ayudar a echarla en los carros; todas las noches íbamos a oír a los mayores contar esas historias de cuentos, algunos ciertos y otros productos de las leyendas e inventivas populares. Nos quedábamos maravillados por el argumento y era difícil, al principio conciliar el sueño, pensando en la llorona y los duendes y los animales que abundaban en las montañas.
Pero Mérida lo transformó por completo, estaba en plena adolescencia y pudo entrar a la Facultad de Ingeniería en la Universidad de los Andes, allá llegó de la mano de otro tacarigüero llamado Fidel Guzmán Rodríguez, el primer profesional de Tacarigua. Luis Beltrán Rivero, su papá, lo fue a llevar hasta allá, junto con Fidel y se regresó al otro día de llegar, quizás el frío le paralizó hasta el habla.
Pedro obtuvo su título de Ingeniero Civil, el 28 de Octubre de 1.961 en el Paraninfo de la ULA, en la Promoción Darío Vásquez, un compañero de estudios que perdió la vida antes de graduarse.
…al llegar a Mérida, el frío me trituró las entrañas, yo, un ser pequeño, lejos de mi tierra y con aquella temperatura que normalmente llegaba a 15 grados, no hallaba que ponerme por que me estaba congelando de norte a sur, de babor a estribor, de barlovento a sotavento….que vaina tan mala es el frío; uno puede remediar el calor en Tacarigua cuando se quita la camisa o se da un baño o se abanica o prende un ventilador y pasa pero, el frío….ay mi madre , ese no pasaba nunca, con las manos heladas, botando humo por la boca y aquella tembladera perenne, entumío era poco….
Al principio todo fue soledad, ese frío que agrietaba las pieles y uno no sabía donde poner las manos. Mérida antes estaba mas lejos que ahora, aun cuando a la misma distancia de siempre; parece difícil explicarlo pero así es; vainas de la vida. Era impresionante mirar las 5 águilas blancas con su blanco perenne y no recordar a Mureche, El Tamoco, Tibio y la Matica Redonda; era un golpe en el alma a más de 2.000 kilómetros de casa. Era un cambio profundo para un pueblerino acostumbrado a las fanegas, el almud y la arroba.
Como profesional las obras donde tuvo una participación destacada, tanto como profesional independiente como servidor público, fueron los Estadios de Los Millanes y Santa Ana, la ampliación del Hotel Bellavista, la construcción del Complejo Turístico de El Morro, la Casa de la Cultura de la Asunción, la Casa de la Cultura de Tacarigua, el Museo Biblioteca de Pampatar, el Paseo Guaraguao de Porlamar, los estadios de Altagracia, Pampatar y Carapacho, los Liceos Vicente Marcano de Porlamar y Ángel Noriega de Pampatar, la Iglesia de San Pedro de Coche y otras de importancia para las islas neoespartanas, entre ellas, la construcción del Comité de Desarrollo Cultural de Tacarigua, del cual fue su primer Presidente.
Cuando inauguramos la Casa de la Cultura de Tacarigua y el Comité de Desarrollo Cultural, a mí no se me notaba ninguna emoción externa pero por dentro tenía las lágrimas al pie de las pupilas, era un momento extraordinario brindarle a mi pueblo la facilidad de incrementar su nivel cultural y literario y eso dio frutos; fíjate en esos muchachos de entonces lo que son ahora, cuantos de ellos reconocen la labor del CDC. Entonces luché, yo no se como, porque esas gotas de sal no salieran de mis cuencas; fue difícil pero parecían reversibles y ese discurso que oí en esa tarde memorable me llegó hasta el alma porque la gente me mentó para bien y así son las cosas cuando son del alma, como dice el corrío.
Como funcionario público desempeñó los cargos de Jefe de Ejecución del Instituto Agrario Nacional para los Estados Anzoátegui, Bolívar y Nueva Esparta, Secretario de Obras Públicas del Estado Nueva Esparta, Profesor en la Escuela Técnica Industrial de Juangriego, Profesor en la Escuela de Artes Plásticas de La Asunción y Profesor en la Escuela Normal Miguel Suniaga y Liceo Francisco Antonio Risquez; devolvía al Risquez las enseñanzas que allí obtuvo.
Caso especial fueron las veces en las cuales fue Gobernador Encargado del Estado Nueva Esparta, supliendo las ausencias de Luis Márquez Sevillano y Bernardo Acosta. Le cabe el honor de haber sido el Primer Gobernador de Nueva Esparta nacido en Tacarigua y emulando, en cierto modo, a Diego Bautista Urbaneja, primer tacarigüero Presidente de la República, de acuerdo con la pluma de Cheguaco.
Bernardo viajaba mucho, siempre iba a Caracas a buscar recursos para la Isla y pasaba 3 ó 4 días por allá y yo aquí encargado de la Gobernación, firmando papeles, haciendo seguimientos, consultando decisiones, trazando rumbos, aplicando conceptos gerenciales y poniendo el alma en cada firma.
Fue co/fundador del Colegio de Ingenieros del Estado Nueva Esparta en el año 1.962, Fundador del Comité de Desarrollo Cultural de Tacarigua junto a un grupo de personas; Presidente, en 1.976, de la Federación de Centros Culturales del Estado Nueva Esparta y de las comunidades educativas de Santa Ana y Tacarigua, durante varios períodos.
El Comité se fundó en Agosto de 1.968 en el Bar y Cine Tropical de Ismael Ordaz; esa noche estábamos allí Golo Marcano, Argimiro Guerra, Chus Gil Millán, Euro Omar Gil, Nicho Gil Franco, Chente Larez, Jando Mata, Agustín Landaeta, Luis Rosario Gil, Chuito Sanchez Velásquez, Toño Gil Amaiz, Chael Mata, Perto Mata, Nelson González, Choro Guzmán, Migdalia Guzmán, Juan Gil Cabrera, Mello Ordaz, Carmen Andrea González, Elizabeth Ordaz Malaver, Las Morochas María Teresa y Teresa María Gil, Bruna Gil y Delia Ordaz; esa noche me eligieron Presidente y, años después reflexionando un poco, me pareció algo extraño que fui yo quien aprobó el diseño de ese complejo cultural, quien supervisó su construcción, quien lo inauguró con la gente y quien fue el primer Presidente…vainas de la vida.
De su matrimonio con María Josefina Rivero en 1.963 nacieron sus hijos Pedro José (Ingeniero Civil), Silvia del Valle (Médico), Leonor María (TSU en Informática) y Jeannette Josefina (Licenciada en Bioanálisis).
Yo también eduqué a mis hijos para la vida y no para las notas; quería que tuvieran el rumbo, el norte de las cosas buenas, lo demás lo hacen ellos. Nosotros simplemente le indicamos el Qué y ellos que se fajen con el Cómo. Es la Ley de la Vida que no admite excepciones y allí están colmándome de nietos y llenándome de amor con el alma al lado de las cosas profundas y las querencias adornándome los días y las tardes. “ Un hijo es nuestra voz frente a nosotros mismos “ y entonces que serán los nietos……la prolongación de los sueños, el encanto de una sonrisa triste e ingenua, el querer y el amar a la enésima potencia……vainas de la vida.
En Pedro Rivero Núñez todos sus amigos y paisanos reconocemos, su incalculable labor cultural en nuestro Estado al haber fundado el Comité de Desarrollo Cultural en Tacarigua, haber sido Presidente de la Federación de Centros Culturales del estado Nueva Esparta –FEDECENE- por un período; haber presidido las comunidades educativas de Santa Ana y Tacarigua por varios lapsos. Haber diseñado y construido tantas obras para sus Islas, nuestras Islas.
También se le reconoce la forma insistente y decidida cuando, siendo Secretario de Obras Públicas del estado, aprobó y realizó la construcción de la Casa de la Cultura de Tacarigua y del Comité de Desarrollo Cultural. Varias de las promociones de jóvenes del estado llevan, orgullosamente su nombre y, en su pueblo natal, la juventud que se estaba formando hace 30 ó más años, recibió de Pedro, el apoyo y el aplauso para seguir marcando rumbos y desarrollando caminos para construir la Patria que queremos, sin odios y plena de amor.
Pedro Rivero Núñez es otro orgullo de los Tacarigüeros que creó valor, moldeó sus deseos y se llenó de historia al lado de los grandes, que construyen sin ver hacia atrás, sin buscar culpables…haciendo y no diciendo, metido en el dolor de la gente, proponiendo, planteando, aportando y haciendo.
Fundación José Joaquín Salazar Franco

Visita nuestro Facebook y Síguenos...
Contacto: