Biografía de Nicasio Marcano Núñez
Escrita por Domingo Carrasquero Ordaz

Nicasio Marcano nació en Tacarigua, Estado Nueva Esparta, el día  14 de Diciembre  de 1.917; en ese día, en diferentes años ocurrieron cosas en Margarita tales como el primer crimen perpetrado en Cubagua cuando Pedro de Barrionuevo mató, de dos puñaladas a Martín Alonzo Alemán; también se  sancionó la Ley que creó el Distrito Península de Macanao.  Fueron sus padres Eustaquio Marcano y Bruna Núñez, ambos residentes y vecinos de la misma población de Tacarigua. El apellido Marcano, si se quiere, no le correspondía a Nicasio como primero sino como segundo; su verdadero apellido es Ibarra pero el “orgullo” de una bisabuela pudo más que las leyes de ese entonces; esa Bisabuela no quiso que la mamá de Eustaquio llevase el apellido Ibarra.  Nicasio nació un día Viernes en pleno sector de Toporo, allí en la Calle El Paraíso, frente a la casa de Felix Millán,  nublado el cielo, esperando las pascuas, todo a punto para las parrandas.

…a finales del siglo XIX se estaba construyendo una carretera en dirección a Juangriego, pionera de la que Pérez Jiménez reformó y amplió; en esas tareas destacaba un hombre de ascendencia española, llamado Juan Ibarra, quien tuvo, varios descendientes en Tacarigua y a todos los reconoció; una de las descendientes fue la mamá de mi papá Eustaquio, es decir, mi abuela, pero mi bisabuela nunca aceptó que el Ibarra se le impusiese a sus nietos y así papá siguió  siendo Marcano y yo también;  no así Ramón Ibarra, tío de papá,  quien si lo llevaba con orgullo.

Nicasio comenzó su educación primaria en Tacarigua hasta que llegó al Tercer grado y no siguió sus estudios por cuanto su papá, supo, por boca de su madre Bruna, que no había asistido un día a clases, pues estaba haciendo un volador. Hasta allí llegó la Escuela; posteriormente y ya de 15 años, comprendió la importancia de estudiar y animado por Cándido Sánchez, su condiscípulo en esa época, culminó su Tercer Grado en una Escuela Nocturna que funcionaba en la esquina que va de El Conchal al Pozo de la Vieja. Siguió pasando el tiempo en su casa, en sus calles y en su conuco y es así que a  los 19 años, todo un jovencito, se inscribe en el batallón de los margariteños que se fueron a Los Caños (Territorio Federal Amacuro) a trabajar de agricultor ganando 5 reales diarios.

…era un sol caliente que entristecía los hombros y achicharraba la piel y al lado del azadón las culebras cantaban sus canciones reptando en busca de los ríos; y las plagas picaban, huían y se regresaban a volver a picar; la camisa de kaki enrollada en el cuadril, empapada de sudor y aquel bosque interminable que no permitía una tregua  a las horas, ni a los días. Fue una época de guerreros, de machos, de tacarigüeros….aquella vaina era pa`hombres.

…recuerdo que media docena de huevos costaba cuatro centavos, con un centavo se compraban dos artículos y con una locha se compraban tres: medio centavo de kerosén, medio centavo de papelón y medio centavo de café…tiempos que nunca volverán pero que disfrutamos bastante.

En Los Caños no aguantó sino 1 año; la nostalgia, el trabajo, las plagas, el sol;  se vino a Tacarigua a seguir encorvado frente al cerro y a ordeñar la tierra para sus chimbomboes y ajíes y plátanos y chacos y 1 año después, cuando contaba con 20 años, con una decisión pensada y tomada, se fue al Zulia, a los campos petroleros, llegó a Cabimas con el deseo de ganarse la vida al lado de aquel conjunto de paisanos que por allá estaban; a los 2 días de estar allí consiguió un “reporte” en Lagunillas  y 3 meses después, contrajo lechina y otra vez la desilusión, lo botaron.  Prosiguió con la esperanza en el cuadril y  a los 15 días después, lo “reportaron” de nuevo en Cabimas donde comenzó su carrera sindical; a los 5 meses fue transferido a Lagunillas donde llegó a ser Presidente del Cuerpo de Delegados: cada departamento tenía un delegado para denunciar actos contrarios a las condiciones deseables de un trabajador petrolero.  Y Nicasio siguió su labor de defensor de los obreros y denunció situaciones que debían corregirse: hielo para las cuadrillas, pago de tiempo de viajes y comenzó su contacto con dirigentes obreros nacionales para compartir ideas y estrategias. Y apareció en su vida un margariteño de Los Robles, apodado Choro, el orejón, quien lo denunció con un alemán de apellido Dulache, jefe de Relaciones Industriales, por estar preocupado por la gente y de nuevo, lo botaron.

…yo llegué a Lagunillas un día miércoles y mi primo Epifanio González, a quien Dios tenga en la gloria,  me consiguió un reporte el Viernes, dos días estuve buscando un puesto y lo conseguí; tu te imaginas, dos días;  en Lagunillas, el sol era igual de inclemente; la cercanía del mar con su carga de salitre y la cercanía del sol, porque en Lagunillas el sol está mas cerquita de la tierra, conformaban un binomio de sudor, de resequedad, de “ardentía” que calcinaba hasta el alma y aquel taladro crujía al mediodía como queriendo protestar por la extracción de su suelo. Después que me botaron y pasé la lechina, me fui a Cabimas donde me reportaron un día 24 de Junio, Viernes, celebrándose el día de San Juan.

De nuevo a Oriente, a la Tacarigua de sus sueños y el 5 de Mayo, a los 23 años, se casó con Blasina González, justamente el mismo día en el cual, Isaías Medina Angarita, se encargaba de la Presidencia de la República;  regresó al Territorio Delta Amacuro a seguir haciendo lo que mas sabía: el oficio de agricultor y ocurrió la crecida del Padre Río en 1.942. La crecida acabó con todo, solo dejó a su paso el rastro de la destrucción y la soledad y los escombros de árboles derribados y  Nicasio, con la misma se regresó a la Tacarigua de sus sueños; recaló de nuevo en El Conchal.

…me vine de Los Caños en un barco platanero cuyo Capitán era mi amigo Toribio García,  papá de Luís Teodoro, Mojito y Toribio, al que mataron en las guerrillas; estuvimos atracados en Trinidad como 8 días esperando una carga que venía para la Isla.  En 1.942  abracé  la ideología comunista hasta el sol de hoy; soy un romántico de 62 años de militancia, creyendo en eso, luchando por eso, y aún mantengo el temple de hombre curtido en el marxismo – leninismo:  los medios de producción para el Estado, la producción de bienes para el Estado, todo para el Estado quien los distribuirá entre los mas necesitados es decir, entre la mayoría. Fui fundador del Partido Comunista de Venezuela en Tacarigua, ese año, junto con Felipe Mercedes Morao, Ambrosio Ninito Cabrera, Pablito Romero, Anastasio Gonzalez y Emeterio Salazar.

Allí tomó aire, participó en las deliberaciones del Centro Cultural Guevara, ya fundado,  y cogió impulso y de nuevo a El Tigre, llevándose a Blasina González; en El Tigre consolidó su matrimonio y consolidó sus ideas por espacio de 5 años y medio y donde comenzaron a criarse Aquiles y Celita quienes nacieron en Tacarigua y Gladis, la menor, la cual nació en Campo Oficina de El Tigre en 1.947.

Estando en el Tigre, como Dirigente Sindical, vino a Barcelona con Pedro José Ovalles, Sabas Rosas, Asisclo Franco y Luis Guariguata a introducir un Pliego Conflictivo contra la Mene Grande. Leonte Olivo era el Comisionado del Trabajo, no recibió el pliego y envió un telegrama buscando una solución conciliatoria entre las partes pero no obtuvo respaldo; al otro día lo botaron del puesto y luego reconocería que la Mene Grande le pagó para que no aceptara el Pliego, el cual contenía 8 grandes solicitudes entre ellas: Aumento de Bs 2 para la jornada diaria, lo cual lograron posteriormente, Comisariato con precios bajo para los trabajadores y conceder 3 meses de reposo a las parturientas luego de haberle nacido sus hijos. El paro duró 3 días y el presidente Medina le dijo a la Mene Grande que si no le concedía esos beneficios a los obreros, le soltaría las manos para que fueran a una huelga prolongada. Gracias a Jesús Faria, quien en Caracas logró discutir el Pliego, se lograron los beneficios planteados, lo cual fue anunciado por radio por el mismo.

En 1.945 se incorporó, en el sur de Anzoátegui al Centro Cultural Guevara como Secretario de Vigilancia y Disciplina acompañando a Buenaventura González, Teodoro Guzmán Landaeta, Teófilo España y Pedro González Ordaz; tiempo de cultura y de seguir la lucha por la tierra donde nació.

En 1.949 ocurrió una desgracia, mi hermano José se mató en un taladro donde mismo yo trabajaba, lo cual me produjo una gran depresión y me impulsó a regresarme a mi pueblo con la frente en alto por mi solidaridad con un hermano a quien quise tanto y con el alma destrozada ante tamaña desventura; me vine a los pocos días; el dolor era insoportable. En la Isla estuve casi 4 años ocupado de la agricultura con un azadón bajo el brazo y un taparo de agua entre el mapire.

Un gran amigo suyo, Rosauro Marcano, lo convenció en 1.953 y se lo llevó a Anaco donde después de 2 meses de espera, se empleó en la Mobil Oil Company, en Anaco donde por espacio de 13 años trabajó en ella. En Anzoátegui se curtió en la lucha sindical y en su militancia marxista y recuerda a personas con quienes compartió cariños, recuerdos y situaciones como el Maestro Morales, Victor Malaver, Rafael Ibedaca, José Natividad Ramírez, Sabás Rosas, Tom Lopez, Tineo García, los Hermanos Marcano, Martín Marval, Facundo López, Alberto Lovera. Desde allá siguió queriendo a sus hermanos Pedro, Jorge, Vicente, Dámaso y Eleuteria, siempre preocupados por él debido a que, su vida era un hervidero entre la lucha sindical, el Partido Comunista y los esbirros que lo visitaban constantemente.

…yo sufrí mucho en las lides sindicales, esfuerzos, sacrificios, reuniones, visitas de los enemigos de la clase obrera y amigos del régimen de turno; recuerdo como un gran maestro y ejemplo a Jesús Faria, un hombre que aprendió a leer y escribir a los 27 años, curtido en las luchas y a Pedro Ortega Díaz, quien me ha visitado, dos veces en esta casa, luego de haber quedado ciego.

En 1.966 los adecos vendieron el contrato colectivo a la Mobil, permitiéndoles que entregaran los equipos de perforación  a una contratista llamada Mito Juan y sin garantizarles, a los obreros, el derecho a seguir laborando en las mismas condiciones; transfirieron los equipos pero Nicasio y el Sindicato Petrolero de Anaco se negaron a que transfirieran a los obreros, era ilegal, era una componenda. Los abogados de la contratista, luego de comprados los equipos, se trajeron de Temblador a un vallero llamado Esteban Marín, incurso por allá en casos de corrupción y lo emplearon y nombraron, por ser adeco, Secretario de Reclamos del Sindicato. Este Marín empezó a convencer a los obreros que les aumentarían los salarios diarios para que aceptasen su transferencia a la contratista, muchos lo hicieron pero al año, los botaron a todos.

…hasta allí aguanté, no podía permitir eso que afectaba a tantas familias porque 4 lambucios decidieron por muchas cuadrillas, mataron su propia hambre pero no podían con la dignidad de la gente, no podían matar las ideas ni los estómagos, no podía opinar por los otros para defenderlos, querían decidir para joderlos….y se vendieron por cuatro reales, los muy bandidos.  Hasta una auditoria me mandaron a hacer en las finanzas del Sindicato y orgulloso les entregué con un sobrante de cincuenta bolívares…..desgraciaos. Mi frustración fue muy grande, acomodé mis maletas y convencí a Blasina y nos vinimos a Tacarigua a seguir empinado bajo un azadón pero con la conciencia tranquila aunque con el alma herida.

De eso hacen 38 años que se vino a su tierra y Nicasio sigue igualito, comunista, pobre, honesto y cantador de galerones; en el camino ha ido dejando dolores como la muerte de Blasina en 1.997, la muerte de un nieto, hijo de Aquiles, una ceguera que no lo ha dejado seguir admirando los maizales de su pueblo y una cantidad de nietos que lo consienten y le entusiasman a contar tantas anécdotas y sucesos de la vida de un hombre valiente y consecuente con sus creencias hasta el sol de hoy.

Nicasio ha sido un baluarte de Tacarigua defendiendo a la gente y  luchando por la gente, aun a costa de tantas noches en vela, tantas tardes preso y tantas torturas en el cuerpo y en el alma: dedicado de lleno al bienestar de su prójimo basado en una ideología que no ha abandonado nunca. Nicasio es otro orgullo de los tacarigüeros y como Dirigente Sindical nos representó con honradez y deseos de ayudar a su prójimo, sin vacilaciones, sin miedo y con coraje. Nicasio ha sabido llevar la honestidad en la proa del barco de su vida y los tacarigüeros se sienten orgullosos del hijo de Eustaquio y de Bruna…..orgullo entre cautaros y ajíes, pasión de tabacos y  cundiamores, fuerza de guaritotos y chulingas… mas allá de la vida, tacarigüedad absoluta…Nicasio….Inmenso.

Fundación José Joaquín Salazar Franco

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