Biografía de Dionisio Gil Franco «Nicho»
Escrita por Domingo Carrasquero Ordaz

…y llegaron los primeros 373 inmigrantes alemanes a Venezuela  en el año1843, fundaron la Colonia Tovar y en 1860 eligieron, en nuestro País, a Manuel Felipe Tovar como Presidente de la República siendo esta la primera elección con voto directo producida en la Patria de Bolívar y se creó, en 1904, la primera Academia Nacional de Medicina y en 1936 nació en Tacarigua, Estado Nueva Esparta, el Profesor Dionisio Gil Franco, hijo de Felipe Benicio Gil y Gregoria Magdalena Franco, en la Calle El Conchal.  Todas estas cosas ocurrieron un 8 de Abril, día de San Alberto, como San Alberto Magno, el célebre religioso, filósofo, teólogo y doctor de la iglesia alemana y quien introdujo la ciencia y filosofía griega y árabe en Europa durante la Edad Media. En el caso preciso de Nicho, nació un miércoles, quizás un poco atravesao pero buen mozo como todos los hijos de Goya Franco.

Todavía no se porque a mi me pusieron Dionisio, pienso que pudo haber sido por el Dios griego del vino y de la vegetación y miren que a mi me gusta el vino y la flora; a lo mejor sería mamá por el Papa que ejerció del 259 al 268 después de Cristo ó por San Dionisio, el Patrono de Francia y primer obispo de París ó por Dionisio, el viejo ó por Dionisio, el joven ó por Dionisio el de Alejandría. No descarto tampoco que haya sido por dionisia, esa piedra negra salpicada de rojo que podía dar sabor de vino al agua y ser un buen remedio contra la embriaguez. Total, por algo sería; de lo que sí estoy seguro es que cuando nací el Prefecto era Ernesto Ordaz González, al papá de Ismael Ordaz; el Secretario era Apolonio Guzmán, el Juez era Fernando Gil y el Secretario Luís González.

Cuando Dionisio nació era un día Miércoles y en El Conchal, el verano castigaba las siembras y los pájaros revoloteaban sobre los tinajones para saciar su sed y las guacharacas, al momento de nacer, las 5 de la tarde, alborotaban el valle de las Tacariguas; Felipe Benicio tenía su mucurita escondida y la sacó junto con el cuatro para cantarle a este muchacho menudo y dar la bienvenida al mundo a un fruto de las entrañas de Goya Franco…. Así nació este hombre entre alegrías y notas musicales al viento, cuatro al cuadril y melodías al aire para que todos supieran su verdad y el, en vez de llorar, lo que hacía era reírse de su llegada a la vida….ah muchachito carajo.

Cuando yo era muchacho disfrutaba de los juegos  de nuestra edad: escondío, palito mantequillero, trompo, picha y hoyo y bien tempranito me iba con papá rumbo a la noria a cuidar las 4 vacas del viejo y a limpiar el malojo ó a limpiar las matas de plátano y caña y tabaco y patillas y ciruelas y cambures. Era una felicidad total entre el monte con el canto de los pájaros y aquella brisa que remozaba el alma. Cuando tenía 5 años, mi papá me dio las primeras lecciones de cuatro enseñándome a cantar La Gaga una canción pegajosa de su época que recuerdo con cariño; después le compró una guitarra a Lico Larez por cincuenta bolívares y me la dio y con ella empecé a cantar y a serenatear y a sentir en mis labios el licor pecaminoso que me causó tantos ratones y me enseñó a ver el mundo de otra manera.

Realizó su primaria en la Escuela Federal Nº 651 que existía en nuestra Comunidad hasta el año 1946 cuando se fundó la Napoleón Narváez y donde obtuvo su Certificado de Suficiencia de Educación Primaria. Luego, por cuestiones económicas, no pudo seguir estudiando durante 1 año, al cabo del cual, sus amigos de infancia, Moncho Morao y Chael Gil Cabrera, lo entusiasman y le recomiendan seguir en el Liceo Rísquez su bachillerato y así lo hizo hasta el Cuarto año por cuanto en la isla no existía el Quinto. Luego, con muchos sacrificios, se traslada a Cumaná donde en el Liceo Antonio José de Sucre, el hijo de Goya Franco, obtiene su título de Bachiller.

Cuando salí de sexto no teníamos los medios para seguir los estudios y me dediqué de lleno al conuco de papá, al lado del de Calixto Guerra; recuerdo a mis amigos Pablito Landaeta y Che Lorenzo Gómez quienes se iban conmigo al conuco cuando mi papá se iba a echarse sus palitos con Eduviges González y Viviano Moya. En la noria, cuando llovía, eso era increíble, salían los camarones del río y nosotros los atrapábamos con unos sombreros de cogollo y los asábamos allí mismo.  Regresábamos de allá a las cuatro de la tarde y él nos daba plata para comprar pan y nosotros orondos y alegres y mamá caliente cuando papá bebía.

De nuevo a Tacarigua, todo un Bachiller,  pero seguían las penurias económicas y él no podía seguir a ninguna Universidad. Estuvo de Secretario de la Prefectura desde Mayo hasta Septiembre del año 1958, cuando le recibió ese cargo a Fabricio Lárez y siendo Prefecto Luis Beltrán Rivero Millán y posteriormente se fue a Anaco donde trabajó en una imprenta pero la nostalgia le partía el alma y se vino a su isla a seguir eshierbando malojo y mirando las curichaguas con su color escarlata. Y de nuevo Moncho Morao y Rafael Gil le calentaron las orejas y gracias a ellos, se fue a Caracas de la mano de Alí Goméz Nuñez a quien recuerda con especial cariño por haberse portado muy bien con él.

…llegué a Caracas con ganas de comerme los libros y me inscribí en el Instituto Pedagógico en el área de Biología y Química y comencé viviendo en El Manicomio, con mis sueños de loco, luego estuve en la Avenida Victoria, después en La Silsa, en El Atlántico, en Puente de Hierro, en El Paraíso y recalé en Prados de María. Eran días hermosos, no perdí ningún año y me venía todos los años a Margarita en Diciembre y en el período Julio-Septiembre.

Dionisio concluyó sus estudios en el Instituto Pedagógico de Caracas, en El Paraíso, el día de 30 de Julio de 1963 y recuerda que a su graduación asistieron, su mamá Goya Franco, Irene Gil, el negro de Andrés Gil y su hermana Dolores, mamá de Gelo, también varios amigos y los señores de la Pensión donde vivía. Toga y Birrete para el hijo de Felipe, de la mano de Dios, con el sacrificio de los viejos y llevando en el alma, el timón que todos los tacarigüeros  tenemos  de ser alguien y no pasar necesidades. Allí triunfó la vida y Nicho se regresó a la Isla de sus sueños, una vez más cargado de orgullo con ese triunfo en las faltriqueras.

Comencé a trabajar en el Liceo Francisco Antonio Rísquez poco tiempo después de haberme graduado y en esos menesteres estuve 27 año; de igual manera estuve en Colegios Privados de la Isla, tales  como Colegio de las Monjas, Colegio Santiago Mariño y un Liceo Público, el Juan de Castellano, nocturno de Juangriego.

Dionisio se caso con Simplicia Dellán, la hija de Chelías Alfonso y Popa, la de Altagracia y de esa unión nacieron, una tras otros, sus hijos, Felipe Elías, Contador Público, Carlos Alberto, Licenciado en Estadísticas, Dionisio Rafael, Ingeniero Mecánico y Rosalba, Licenciada en Hotelería. El papel de padre y amigo de sus hijos es uno de los orgullos más grandes del hijo de Goya Franco. En sus 4 pimpollos se le ha ido el amor que guardaba en el baúl del alma.

Una vez estábamos echándonos unos palitos Hernán, El Negro, Domingo, Chopo, Chendo y Ñeño y como era Mayo, nos fuimos al Mirador del  Portachuelo a cantar galerones; como no teníamos una cruz a quien cantarle, me ofrecí a hacer ese papel y abrí los brazos, en forma de cruz; cantaron muchos galerones y se tomaban sus palitos pero a mi no me daban hasta que no aguanté y les dije:…Un palito pa`la cruz, mijo.     Eran momentos inolvidables, sanos, llenos de entusiasmo, sin drogas y solo con la camaradería de sabernos caimanes de un mismo pozo.

Dionisio Gil Franco es un tacarigüero ejemplar que se encumbró en nuestras mas sentidas necesidades y repartió enseñanzas a una juventud sedienta de ello. Personas como él deben ser reconocidas por todas las comunidades como un estandarte del arte y la cultura. Siempre estaba presente en los movimientos culturales y llegó a ser fundador del Comité de Desarrollo Cultural. En Nicho reconocemos a ese ser extraordinario y campechano, lleno de amor por sus semejantes, padre virtuoso que supo sacar adelante a todos sus hijos con el mismo sacrificio que el impulsó cuando joven; hijo ejemplar que amó a sus padres por sobre todas las cosas y que hoy siente su ausencia con el dolor de no verlos mas; hombre solidario con sus hermanos y a quienes debe mucho de sus consejos y ayudas. Nicho se quedará por siempre en nuestra Tacarigüedad con el amor de saberse un digno hijo de esta Tierra de Gracia.

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Profesor Dionisio Gil

Denis Rodríguez

Feliz cumpleaños  Profesor Dionisio Gil. Que bueno que UD llega a los setenta años con buena salud, con una linda familia, con el aprecio y cariño de la gente de nuestro Pueblo Tacarigua y el respeto y reconocimiento de sus alumnos.

Hace cuarenta años yo fui uno de sus alumnos, UD me dio clases de biología cuando cursaba quinto año en el Liceo Francisco Antonio Risquez.   En ese tiempo yo sentía por  UD respeto  porque era para mí un buen Profesor. Era UD uno de aquellos profesores  que cumplían  su misión con bondad, responsabilidad y dedicación. Hoy cuando nos encontramos muchos de sus alumnos de aquel tiempo expresamos nuestro agradecimiento a  Uds. los profesores que son responsables sin duda alguna de nuestros éxitos presentes. Los buenos profesores como UD, el reconocimiento le llega tarde pero llega por la razón que  es con la madures  de los  alumnos cuando se dan cuenta de calidad  y bondad de sus profesores y maestros. UD  Profesor sigue siendo nuestro Profesor y nosotros sus alumnos.

Han pasado cuarenta años y el respeto ha crecido y además nació una gran amistad, ahora es UD mi profesor-amigo. Siempre es grato al regresar a Tacarigua conseguírmelo y pasar  un buen rato conversando  con UD. Y con tiempo me he dado cuenta que tenemos muchas cosas en común:

Además de ingeniero civil, soy profesor, he dictado por dieciséis años clases en dos Universidades, y después de tres años sin hacerlo dentro de pocos  meses vuelvo a dictar clases en postgrado.

Soy su tocayo,  Nicho en francés es Denis, Denis es como llamaban cariñosamente a San Dionisio, un Santo vergatario: cuenta la historia que San Dionisio en el año 258 llegó a París con la misión de  predicar el evangelio a los herejes galos. Estos que eran  muy malos, lo torturaron y decapitaron, el Santo tomó su cabeza con sus manos y se alejó caminando,   pero lo herejes lo persiguieron, lo atraparon y lo lanzaron al río Sena donde murió ahogado. Una cristiana de nombre Catulla  rescató el cuerpo del Santo  del río, lo enterró y tres siglos después se construyó en ese lugar la Abadía de Saint Denis, luego a Saint Denis lo declararon patrono de la Ciudad de París,  nunca lo nombraron  San Dionisio, es decir, hablando en criollo, el patrono de París es  San  Nicho.

Soy como UD súbdito y creyente del Díos más querido y popular de la mitología griega, Dionisio: Díos del vino, las fiestas y las plantas. Nos gusta el vino, lo cual es  buen hábito, por lo demás un hábito ancestral ya que en  la Biblia lo cita como un consejo dietético. Nos gusta las fiestas, somos fiesteros  por excelencia y más si hay bebidas  espirituosas. En lo que respecta a las plantas tenemos algunas divergencias. A mi me gusta la rosa, específicamente la Rosa Lina, mientras que a UD le gusta la caña, más que todo, la caña de azúcar; mucho pensarán que es por el ron, aunque el ron no es del todo malo, están muy equivocados porque  UD ha demostrado en estos cuarenta años que lo que le gusta es vivir endulzado, acaramelado y por eso buscó y  se encontró su caramelo, la señora Picha, que lo ha colmado de dulzura,  felicidad y de dicha, que es la responsable de tenerlo diariamente planchado, entalcado, perfumado y hasta buenmozo, ésta última acción no lo cree mucha gente, creen más bien que a lo mejor  la señora Picha hace milagros, pero  no saben  esas personas lo que  es poder del amor. La Señora Picha también  le ha dado cuatro hijos, tres varones y una hembra, todos muy buenos hijos y  para que su dicha no se acabe estos le han  prometido muchos nietos. Esa razón   por que en el patio de  su casa siempre hay sembradas unas cepas de caña en honor al Díos Dionisio.

Y por último, me siento igual que UD: orgulloso de ser Tacarigüero.

Estimado Profesor Nicho Cuando escribo estas notas al lado de mi esposa  Rosa Lina, que también  fue su alumna, lo recordamos: por su cuerpo atlético, envidia de cualquier maestro de esgrima; por su cara entre seria y sonriente esperando cualquier momento para soltar una sonora carcajada; y  por su gran corazón  abriéndose paso entre lo hermético de su  costillar para  dar las mejores muestras de afecto y amor por sus semejantes, y le deseamos: que Díos lo bendiga y lo favorezca y que nuestra  Virgen del Valle y nuestro Corazón de Jesús le de una sana  larga vida.

Su alumno de ayer, hoy y siempre,
Denis Rodríguez

Fundación José Joaquín Salazar Franco

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