Biografía de Cruz Millán García
Escrita por Domingo Carrasquero Ordaz

Cruz Ramón, el hijo de Carlos y Juana Josefa, debió haber nacido a finales de la tarde, porque las tardes asuntinas vienen cargadas de alegría, llenas del frío de La Sierra, con olores a mameyes y mangos, nísperos y cundiamores y con esa brisa refrescante cargada de sonrisas; esa tarde, de un 2 de mayo, se celebraba el día de San Atanasio y en nuestro Estado, en esa fecha, que no año, se produjo la Batalla de Los Frailes donde ganaron los patriotas que embarcaron en Los Cayos comandados por Bolívar y Luís Brión. También un dos de mayo, nació en Porlamar, el escritor y periodista Rafael Morao y cuando Cruz cumplía 15 años, Pedro Vicente Navarro solicita al Estado permiso para explorar y explotar el petróleo de Cubagua sin otro resultado que la desidia y el papeleo que no llegaron a nada….todo un 2 de mayo.

Cruz Ramón Millán García nació el año 1906 y era miércoles por la tarde cuando Juana García le legó al mundo un muchacho con el pelo negrito, lleno de esperanzas y oloroso a futuro. Nació en La Asunción, una ciudad apacible, tranquila y cargada de recuerdos donde los españoles dejaron su huella perenne. La Asunción, a comienzos de ese siglo, era una ciudad con casonas de antaño, portales andaluces y catalanes, caminos de piedras y un titilar de campanas convocando a misas y doblando sus muertos; era una ciudad construida por los españoles, callada y tranquila como las aguas del Mediterráneo, llena de Arismendi y Prieto y Albornoz y Larez y Salazar y García. El legado español lo teníamos a cada vuelta de esquina, en tapias y paredes, en la Catedral y la Iglesia de San Pedro y el puente del río y en cada espacio; allí nació Cruz Millán, el hijo de Juana García y Carlos Millán España, en una ambiente de pueblo, cuando la gente se acostaba temprano por miedo a La Llorona y los Duendes, la Sayona, El Tirano Aguirre y La Chinigua; La Asunción era toda quietud como la brisa de la serranía y toda fragancia como sus árboles circundantes. Fue obvio que Cruz Millán tuviese un pedazo grande de margariteñidad por ser oteador de distancias y de carácter fuerte cuando se trazaba una meta. Su padre fue Tacarigüero llamado Carlos Millán España y su abuelo también lo fue, nacido en esa comunidad,  el 13 de febrero de 1865, viviendo mas de 87 años; creció, en la Calle Matasiete donde hoy está el Boulevard, caminando la Iglesia y la Plaza, la Plaza y la Iglesia, la Catedral y la Plaza, la Iglesia y la Catedral, mirando, cada año, la procesión del miércoles santo y oyendo, cada domingo, las retretas famosas en sus años de niño; era una infancia sin maldades, anegada de anécdotas y buenos consejos, con historia de batallas y viajes y abuelos allende los mares. Cuando cumplió 7 años, edad obligatoria de  entonces que aplicó Gómez en su Ley de Educación para iniciarse en la Primaria, Cruz ingresó a la Escuela Federal Graduada “Francisco Esteban Gómez”; para ese entonces esta Escuela tenía 1 año de creada con 5 maestros y 52 alumnos y estaba dirigida por José Miguel Torres; antes de llamarse Francisco Esteban Gómez se llamaba Escuela Federal Nº 112, luego Nº 104 y finalizó como Escuela Nº 2. En este ambiente y bajo estas circunstancias, Cruz Millán García inició sus estudios y fueron pasando los años y se notaba en el muchacho una pasión por los libros y los apuntes y sus cuadernos, era obvio: los que nacen con el don de enseñar se preparan desde niños sin darse cuenta y se encariñan con las tareas como si en ellas se les fuera un pedazo de vida. Estudiar para enseñar, era su lema.

Cuando tenía 13 años cumplidos, egresó Cruz Millán García de la “Francisco Esteban Gómez” y empezó a ir con mas frecuencia a Las Huertas de La Asunción donde su padre, Carlos,  tenía una finca,  a contemplar el sol, limpiar los caminos y maizales, blandir el azadón como un trofeo y llenarse los pulmones de vida y aire puro;  “ mi hijo salió de Sexto Grado”  decía orgullosa Juana Josefa y se le iban los ojos mirando las facciones de su pequeño, orgullosa de sus pasos y adjetivando su transitar por las calles empedradas de la Capital, visitando La Catedral y viendo como, en 1911, el Presidente del Estado, un “navegao” de apellido Ducharne,  ordenó demoler la Iglesia de San Pedro para utilizar los materiales en otras construcciones. Cruz, a esa edad, comenzó a interesarse por los libros y es así que los solicitaba prestados y se asesoraba con Luís Beltrán, el hijo de Loreto, dos años mas viejo que él y mas espigado y aprendió a poner ampolletas, con lo cual lo llamaban “Manos de seda” y así siguieron pasando los años y se fue enterrando en las mitologías griegas y romanas, rodeado de taparos encabullados y totumas y perinolas y tirabuques y espumaderas y pecos con o sin tapas y embudos y cestas y taparitas, comiendo saboyanos, majaretes, mazamorras, mojoncho, tequiches y temueres.

Cuando Cruz Ramón tenía 19 años, en 1925, el Presidente del estado Manuel Díaz Rodríguez, decretó el alumbrado eléctrico en La Asunción el cual era a base de gasolina por el sistema de luz Wizard y cuyo costo de mantenimiento mensual ascendía a cuatrocientos cincuenta bolívares; Cruz vio esto en plena juventud y debió haberse alegrado por cuanto disponía de mas facilidades para el estudio y la lectura. Cruz Millán García al lado de la literatura para poder enseñar rodeado de las costumbres de principios de siglo y avizorando rumbos para, algún día, difundir la luz de la cual habló Simón Rodríguez. En esa época, estudiar era un privilegio y el era un privilegiado por obra y gracia de sus padres.

Cuando cumplió sus 22 años se le fueron todas las miradas y todas las sonrisas engarzando en el alma, sacudiéndole el cuerpo y alimentando el espíritu. Se enamoró un verano como se enamoran los que no tienen miedo a la conquista del futuro, los invencibles, los que quieren y pueden.  Era una mujer de La Asunción, de los García y Salazar de la Calle Igualdad y luego Virgen del Valle, quien le llenó la vida de ilusiones y solicitó permiso para “pelar pava” y la fue conociendo mas y queriendo mas y aumentando  las ganas de no seguir solo en este mundo de Dios, y no la podía olvidar y no le quitaba los ojos de encima y no podía apartarla de su mente cuando regresaba a su casa luego de visitarla y deseando la tarde, del siguiente día, para volver a verla.

El año 1929, un 15 de Agosto, Cruz Ramón, se decidió a unir su vida con Mercedes de Jesús y habló con sus suegros, Ismael y Pancha, y obtuvo su consentimiento y empezaron juntos una vida que se avizoraba para siempre. Cruz trabajando en el actual Museo Nueva Cádiz, en la esquina de la Plaza de La Asunción, en su oficio de Enfermero de la Cárcel que allí quedaba y ella atendiendo el nuevo hogar preocupada por su esposo.

Nueve meses después, en Marzo de 1930, Mercedes perdió a su primera hija llamada Teresita, quien nació el día 10 y el dolor taladraba su vida, con la desilusión montada en sus hombros y teniendo en el cuadril la juventud para seguir intentando la perpetuidad de sus especies; se le empezaron a llenar de lágrimas las cuencas y el dolor le fue carcomiendo la voluntad; y siguieron los dolores cuando, dos años después, el 25 de Abril de 1932, perdió a su segunda hija, Nelly, llorando con la misma esperanza pero con la juventud a su lado, batallándole a la vida y se repusieron del llanto y siguieron cabalgando en aras de la ilusión, con la proa a norte franco, respaldados por la fe y con la vista al frente. Nunca vieron atrás.

Un año después, en 1933, con 27 años encima, Cruz concluyó uno de sus primeros sueños por cuanto el día 16 de Marzo fue nombrado Preceptor de la Escuela Federal Unitaria de Varones Nº 16 del Caserío Bolívar; llegó a El Maco, de la mano de Dios, a enseñar lo aprendido, a mostrar la ruta del bien; para ese entonces Cruz tenía el Sexto Grado aprobado, título suficiente para acometer esta tarea y convocó a los niños de Maco arriba y Maco abajo y allí comenzó su paso por la educación, allí se inició, orientando, organizando, asesorando, creando y educando a los muchachos de El Maco; allí se inició esa brillante carrera y ese apostolado de Cruz Millán García. Allí tenía de alumnos a dos personajes de la comunidad, uno era Justiniano Velásquez, el hijo de Carpito y el otro, Modesto Rivero González quien recuerda que, el Maestro y su esposa, le enseñaron el poema, “Samán de Güere”, cuando apenas tenía 5 años y lo recitaron en una Fiesta del árbol, 2 veces en Maco Arriba y otra vez en Maco Abajo….y allí, en ese pueblo, tuvo la inmensa satisfacción de saber que Mercedes volvía a salir en estado y aquel cuidado con ella, aquella alegría, aquel saber que ahora sí tendrían descendencia y el 22 de septiembre de 1935, vino al mundo, un varón con los rasgos de su padre, orgullo encima, satisfacción al lado y aquellas ganas de gritar que se le vienen a uno cuando sabe que será padre. Cruz Ramón estaba alegre y en La Asunción la gente lo supo, y en El Maco se lo contaba a todos y en Tacarigua lo oyó su abuelo y el recuerdo se le vino encima y lloró por Teresita y lloró por Nelly y ojalá que venga sano y lo puso Luís Enrique Beltrán, y pensando que también podría morirse  hizo promesa a San Luis Gonzaga que todos sus hijos tendrían el nombre de LUIS, si Luis Enrique se salvaba y así fue, ya hoy tiene 70 años); el milagro de saberlo sano le llenó de sonrisas los caminos.

Posteriormente fue nombrado Preceptor en la Escuela Federal Unitaria Mixta Nº 32 en La Guardia, el 16 de Mayo de 1936, un día después de concluir su labor en el Caserío Bolívar.  En La Guardia, a la orilla del mar, prosiguió la tarea de libertar conciencias enseñando conceptos. Era apasionante como se entregaba  a sus clases en la nueva  Escuela, creada el 15 de Septiembre de 1925; esta Escuela venía de ser suspendida, temporalmente el 15 de Octubre de 1931 y reabierta poco tiempo después; lo cierto es que Cruz Millán estuvo trabajando allí con la Educadora Higinia Marcano Hernández, quien fungía de Preceptora en el salón  de las  Niñas. Allí estuvo menos de 1 año hasta el 15 de abril de 1937.

Luego, la Escuela Federal “Mariño” de Porlamar lo acogió en su seno desde el 16 de Abril de 1937 y allí siguió la formación de aquellos cuadros infantiles siempre poniendo empeño a la enseñanza y dando ejemplos a sus discípulos. Esta Escuela se llamó, en sus comienzos, Escuela Mixta Nº 28 y funcionaba en el Barrio El Brasil, siendo fundada el 19 de Abril de 1922 con Adela P. Salazar G., como su primera Preceptora. Dos meses después de haber llegado hasta Porlamar en su misión de liberar conciencias, un 20 de junio de 1937, les nació un segundo hijo, para la alegría de los Millán García y lo bautizaron como Ramón José Luís. En esta Escuela estuvo año y medio hasta el 15 de octubre de 1938.

Posteriormente regresó a su lar nativo, en La Asunción como Maestro de grado de la “Francisco Esteban Gómez”, el día 16 de octubre de 1938 lo cual le causó dos grandes satisfacciones personales: estar enseñando en la Escuela donde aprendió sus primeras letras y estar cerca de sus familiares en la Capital del Estado. Allí supo que la Francisco Esteban Gómez fue creada el año 1912 teniendo a José Miguel Torres como su primer Director; realmente el origen de esta Escuela se remonta al año 1873 cuando un 11 de Noviembre, el Ministerio de Instrucción Pública la creó con el nombre de Escuela Federal de Varones Nº 845 y un presupuesto de 23,25 Venezolanos para Gastos y 31,42 Venezolanos para Mobiliarios. Allí estaba orgulloso, enseñando a sus propios paisanos……dos por dos, cuatro…….todas las palabras que terminan en encia se escriben con C menos Hortensia; cada día mas enamorado de su trabajo de la mano de la Gramática de Añorga y la Historia de J.A. Cova y la vida continuaba. En esta Escuela estuvo otros dos años hasta el 15 de septiembre de 1940, viendo nacer a Mercedes Luisa Margarita quien vino al mundo el 7 de febrero de 1940. Ahí en su casa veía diariamente a Luís y Ramón crecer al calor del hogar, dar los primeros pasos en aquella casona de largos corredores y jugar con ellos descifrando sus sonrisas y alargando sus voces. “Un hijo es nuestra voz frente a nosotros mismos y nuestra propia mano tendida hacia nosotros”, dijo una vez el poeta Carlos Gottberg y eso lo entendía Cruz Ramón y lo sentía como propio.

“ Los regalos del niños Jesús de sus hijos los construía con sus manos: trompos, papagayos, globos, títeres de madera, mapas de Venezuela y cualquier estado, era prodigioso con las manos y hasta santos nos hacia para después de pasada la semana santa nosotros en nuestra cuadra de la  Calle Igualdad, ahora Virgen del Carmen,  hacíamos otra mini semana santa”, nos recuerda su hijo mayor a sus 70 años y allí se va entendiendo el amor por los hijos y la falta de recursos y aquellos trompos que terminaba, en noches de trabajo extra, todos llenos de lágrimas y salpicados con la palabra amor; ese era el Cruz Millán García que nos dejo un legado de sacrificios y ternura y manos callosas de querencias y troyas y picha y hoyos.

Y lo enviaron a San Juan Bautista de Director de la Escuela Francisco Fajardo, donde llegó el 16 de septiembre de 1940; era un ascenso merecido y la satisfacción no le cabía en el pecho; en esta comunidad se apartó un poco de la rutina de las clases y comenzó a administrar los informes mensuales, los reclamos de todo tipo, las cartas solicitando cosas, para eso era el Director, y en esa labor de construir caminos y deshierbar abrojos, estuvo mas de 5 años hasta el 15 de febrero de 1946 y estando allá le nació otro varón, Carlos Ismael Luís en febrero del año 1943 y eran 4 pimpollos que acariciaba en su casa cuando regresaba los fines de semana o en cualquier momento que lo citaban de la Dirección Educativa en su querida La Asunción. Cuando nació Carlos Ismael, ya Luís Enrique, el mayor, se acercaba a los 8 años y se encontraba recibiendo clases en su ciudad natal y Ramón se preparaba a comenzar aun cuando ya su padre le había estado enseñando las letras y los números como una manera de adelantarle la vida y mostrarle su apetito de enseñar. En San Juan estuvo hasta el 15 de febrero de 1946.

Lo nombraron, el 16 de febrero de 1946, Preceptor de la Escuela Federal de La Fuente, muy cerca de su ciudad natal; en La Fuente supo de la historia cuando el 9 de mayo de 1888 se creó, en esa comunidad, la primera Escuela Federal bajo en Nº 1312, diurna para varones y una capacidad de 30 alumnos, un presupuesto de Bs 120 y siendo su primer Preceptor Miguel Angel Hernández. Allá siguió su apostolado, al lado del frescor de esa comunidad y la vida continuaba su ciclo indetenible; Cruz Ramón no se conformaba con su grado de Maestro con apenas sexto grado y comenzó a estudiar para presentar su examen de Maestro Graduado y además de impartir instrucciones y servirle a los niños, se iba a Caracas, con grandes sacrificios a tomar cursos intensivos para lograr su Título. En la Escuela de La Fuente solo estuvo 7 meses hasta el 15 de septiembre de 1946.

Regresó como Maestro a la Francisco Esteban Gómez de La Asunción, el 16 de septiembre de 1946 donde estuvo exactamente 1 año hasta el 30 de septiembre de 1947, siempre sembrando en las conciencias infantiles el amor por el País y la pasión por la moral y las buenas costumbres.

Prosiguió su periplo cuando llegó a Tacarigua un 1 de Octubre de 1947, a la Escuela Napoleón Narváez, la cual había sido fundada en Septiembre de 1946. Allí se hizo amigo de otras glorias de la educación neoespartana como José Jesús Salazar y Cándido Sánchez, colegas de tizas y tareas, hermanos de pizarrones y silletas. En Tacarigua estuvo 3 años y 3 meses y allí, en el pueblo de su padre y de su abuelo, coronó otro de sus sueños cuando se fue a Caracas a presentar exámenes para optar al Título de Maestro Graduado lo cual logró el 27 de Diciembre de 1947, regresando apurado a su terruño por estar en plenas pascuas y eso había que celebrarlo con todos los honores, familia por delante. Ese Título lo recibió del Consejo Técnico del Ministerio de  Educación y fue distinguido con el Número 2.075. Estando en Tacarigua, le nació la última hija, el día 22 de febrero de 1948 y la cual respondió al nombre de Nelly Teresita Luisa.

Regresó de nuevo como Maestro a la Francisco Esteban Gómez de La Asunción, el 01 de enero de 1951 donde estuvo 4 años y 15 días  devolviendo a los niños de su comarca, todo el bagaje de conocimientos que había adquirido en los últimos 18 años con mas experiencia, menos vacíos intelectuales e igual empuje.

Concluyó su apostolado como Director de la Escuela Federal   “Matasiete” en Santa Ana del Norte, donde arribó el 16 de septiembre de 1955 manteniéndose en esa posición hasta el año 1962, cuando su cuerpo rindió tributo a los años y a una penosa enfermedad.

Cruz Millán García murió joven, no había cumplido 56 años cuando la muerte lo llevó en sus alas, en Caracas, el 15 de Abril de 1962; tenía exactamente 55 años, 11 meses y 13 días y era un domingo en la mañana cuando Dios requirió su presencia. Un cáncer pulmonar, esa temible enfermedad, que el cigarrillo ayudó a crearse y propagarse,  le fue apagando la luz, poco a poco y de nada valieron los esfuerzos de su hijo, Ramón José, médico oncólogo, para prolongarle la vida ni los de sus colegas presentes. Fue enterrado en el Cementerio General del Sur, en Caracas ante el dolor de los suyos y de aquellos sus alumnos que agradecían, con su presencia, las enseñanzas recibidas.

En La Sierra hubo un llanto sostenido cuando los pájaros dejaron todo un mediodía sin cantar, cuando la brisa detuvo su frescor galopante, cuando los árboles de la Plaza no movieron sus hojas……había muerto el Maestro alfabetizador que enseñó a sus habitantes y a los del Cerro Copei; había dado su último respiro aquel hombre que se montó en los hombros la responsabilidad y escondió, por un rato, la nostalgia, un hombre que escribió una etapa y marcó la historia, todo un héroe con su pureza a cuestas. Gente como Cruz Ramón Millán García que se quemó las pestañas, sacrificando días libres, caminando quebradas y veredas, montando mulas y borricos, llevando en las faltriqueras, limpias de dinero, la esperanza y la sonrisa de los maestros de entonces, no debieran morir. Esta gente no ha debido morir pero la muerte es un destino inexorable que cumple una función biológica.

Siempre regresamos al lugar de donde venimos y en el Valle de Tacarigua, está una Escuela con el nombre de Cruz Millán García; fue en 1963, que el Gobernador Ramón Borra Gómez, en un Decreto del 24 de Enero y por recomendación de la Federación Venezolana de Maestros, denominó así a esa Escuela, pero su nombre está allí también por la proeza de su padre y de su abuelo, los dos naturales de ese Valle, y de su progenitora también, cuando inyectaron a aquel muchacho que nació al lado de sus mejores abrazos, la pasión por el apostolado, un hombre que ayudó a su prójimo, con inyecciones, con libros, con letras, con lámparas de carburo, con tizas y gripes y fiebres, con amor y que es considerado en nuestro País, como un Apóstol de la Civilidad.

Hombres como Cruz Millán García son los que necesita una Patria para tener una sociedad de hombres libres, como la queremos todos.

Domingo Carrasquero
27 de Junio de 2006


INSTRUCCIÓN PRIMARIA EN TACARIGUA – SAN SEBASTIÁN

El Sector San Sebastián fue conocido a principios del siglo XX como Caserío El Río y las primeras noticias que se tienen de su Escuela de educación primaria proceden del año 1931; con el propósito de resumir los datos que se poseen y los cuales seguirán siendo investigados, para afinar su precisión histórica, a continuación mostramos una cronología de los acontecimientos mas importantes ocurridos en esa comunidad tacarigüera:

1931: El día 16 de Abril de este año, se inicia, formalmente, la educación primaria en Tacarigua – San Sebastián, con su Escuela propia, la cual llevó el nombre de Escuela  Mixta Nº 26 con un presupuesto de Bs 60 al mes; su primera Preceptora fue la señorita Magdalena Piñerua Salazar.

1933: En la reorganización de la Instrucción Primaria en Margarita, la señorita Piñerua Salazar fue ratificada como Preceptora de la Escuela Mixta Nº 26 de Tacarigua -San Sebastián el día 3 de Abril. Igualmente se nombró como Maestro de los Varones a Teodoro Guzmán Landaeta.

1938: La Dirección de Educación del Estado Nueva Esparta, nombró como Preceptora de la Escuela de Tacarigua – San Sebastián, a Patricia Sánchez el día 14 de Septiembre en sustitución de Magdalena Piñerúa Salazar

1939: Fue nombrada, el día 15 de Marzo de ese año, la señora Margot Quilarque  como sustituta provisional de Patricia Sánchez en la Escuela de Tacarigua – San Sebastián; el día 15 de Septiembre de 1939, se confirmó la designación con carácter permanente. También fue designado como Maestro de los Varones, Jerónimo González quien sustituyó a Teodoro Guzmán Landaeta.

1940: El día 14 de Septiembre de 1940, la señorita Josefa Sierra fue nombrada como Preceptora en sustitución de Margot Quilarque.

1941: El día 01 de Octubre, la señorita Isabelita Díaz Villarroel, natural de Santa Ana del Norte, fue designada, como Preceptora de la Escuela de Tacarigua – San Sebastián, en sustitución de Josefa Serra.

1942: El día 4 de Abril de 1942, la Escuela Mixta de Tacarigua – San Sebastián fue convertida de Mixta Nº 26 a Mixta Nº 31 y nombrada Hilda Serra como Preceptora en sustitución de Isabelita Díaz Villarroel.

1944: El 27 de Septiembre de 1944, la Escuela Mixta Nº 31 de Tacarigua – San Sebastián, fue dirigida por Isabel Granados quien sustituía a Hilda Serra, quien a su vez, fue transferida a la Escuela de Tacarigua – Corazón de Jesús.

1960: El día 09 de Junio de 1960 se inauguró, en su nueva sede, la Escuela San Sebastián, agrupando en sus instalaciones los grados primero, segundo y tercero; el corte de la cinta estuvo a cargo de la Maestra Pilar de Lista, una de las mas consagradas educadoras de esa comunidad.

1962: Se construyó la ampliación de la Escuela agregándosele, en su segunda fase, la apertura de cuarto,  quinto  y sexto grado; le cupo el honor de ser la primera Directora a la Maestra Lucila de Albornoz quien a su vez, era la Maestra de Sexto Grado. Proseguía llamándose Escuela San Sebastián.

1963: Por recomendación de la Federación Venezolana de Maestros, el Gobernador del Estado Nueva Esparta, Ramón Borra Gómez, mediante Decreto del 24 de Enero de 1963, designó a la anterior  Escuela San Sebastián como Escuela Graduada “Cruz Millán García”.

Domingo Carrasquero
04 de Julio 2006

Fundación José Joaquín Salazar Franco

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