Buenos tardes señoras y señores homenajeados en esta oportunidad, señoras y señores miembros de la Comisión Organizadora del IV Homenaje a Tacarigüeros Ejemplares, invitados especiales, familiares, amigos, coterráneos tanto de Tacarigua como de El Tigre, Señoras y Señores.

Lic. Eddy Sánchez Rodríguez. Orador de Orden. (Foto: José Joaquín Salazar V.)Para comenzar quiero agradecer a las personas que pensaron en mi nombre para que fuera el orador de orden de este acto, ya que aunque no soy especialista ni tengo experiencia en estas lides, me enorgullece poder decir unas palabras que posiblemente no serán las que muchos esperan, pero que las he escrito, para decirlas aquí con todo mi cariño, ya que me siento orgulloso de varias cosas como son:

  • Primero la de ser Tacarigüero de nacimiento aunque fui engendrado en esta tierra e importado en vientre a Margarita,
  • Segundo de haber sido criado y pasar mi infancia y parte de mi juventud en este Tigre amado,
  • Tercero que están en este acto siendo homenajeados personas por las cuales profeso un cariño especial como son mi hermano Dalmiro Millán, mis tíos Arsenio y Teresita González y, mis compadres Ismael Gil y Emil Salazar; y
  • Cuarto el estar presente en el homenaje póstumo que se le ofrendará al Profesor Benigno Guilarte quien fuera mi profesor de Biología en 5to año de Bachillerato aquí en el Liceo Pedro Briceño Méndez.

También quiero agradecer a mi primo hermano y compadre Gustavo Rodríguez por esa biografía de mi persona. No me imaginaba que tenia un biógrafo tan especial y tendremos que ponernos a darle algunos retoques para que sea impresa como biografía autorizada no como las que normalmente escribe Domingo Carrasquero en Internet que ninguna son autorizadas porque incluye mucha información subliminal.

Ahora bien cuando Domingo Carrasquero me notificaba que mi nombre había sido escogido para decir el discurso de orden en este magno evento pensé en que problema me están metiendo pero al mismo tiempo me dije bueno y porque no y ahí comenzó mi tormento porque todos los días pensaba en tópicos diferentes de acuerdo como se iban suscitando los acontecimientos nacionales, almacenándolos y/o eliminándolos en base a su actualidad o vigencia, hasta que un día pensando en la esencia de este acontecimiento decidí mas o menos hacer una especie de comparación entre las actividades y actitudes de los margariteños del siglo pasado y cuáles serían las actividades y actitudes de los de la época actual incluyéndonos a nosotros y en particular a mi persona, aunque vengamos del siglo pasado.

Para comenzar y tomando las palabras de Don Jesús Manuel Subero, diremos que “hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX, la realidad margariteña mostraba una escasez de fuentes de empleo, de una reducida producción de bienes y de un mercado restringido en consumidores y con baja capacidad de compra, lo que evidentemente, no favorecía el mejoramiento de las condiciones de vida. La generación de nuevas actividades productivas no aparecía como posible a corto o mediano plazo para resolver o mejorar la situación que se vivía. Es probablemente ese estado de cosas, condimentado con el espíritu emprendedor y aventurero y con la percepción de mundo ganada por el margariteño, lo que sirvió para que su población se lanzase a la conquista de nuevos territorios para el comercio y donde tener una ocupación remunerada”. Fin de la cita.(Jesús M Subero, 1980).

En el comienzo del siglo XX la población de La isla de Margarita se sumerge en la búsqueda de oportunidades para mejorar su situación social y económica, oportunidades que aspira encontrar fuera del territorio insular, debido a las carencias y las dificultades para procurárselas en la isla.

El comercio de cabotaje con tierra firme y con otras islas del Caribe, como los establecimientos humanos en nuevos poblados del continente, son algunas de las opciones que tomó el margariteño de comienzos de siglo para satisfacer sus necesidades socioeconómicas ya que las actividades económicas mas significativas de la población eran la agricultura de subsistencia, la pesca artesanal, la cría de ganado caprino, la recolección y venta de dividivi (guatapanare) y la destilación de aguardiente.

También cabría agregar el contrabando, mediante el cual la población se procura una parte muy importante de los bienes que consumía, además de que la venta de los productos contrabandeados generaba una cantidad significativa del circulante insular, por el atractivo que tenían para visitantes y gente de tierra firme. El contrabando siempre tuvo un efecto multiplicador muy elevado en la economía de la isla.

Pero cabe destacar que no todos sus habitantes tenían la oportunidad de dedicarse al negocio del contrabando o de la pesca y la necesidad de realizar actividades remuneradoras para cubrir las demandas familiares, llevó a muchos margariteños a desplazarse hacia otras islas del Caribe y hacia tierra firme, a realizar intercambios comerciales donde se estaban desarrollando nuevos poblados debido a la implantación de desarrollos agrícolas y de nuevas industrias.