Novedades

2011

Homenaje a Perdito Bellorín Caraballo

EN TACARIGUA

La Casa de la Cultura «Poeta Pedro Rivero Navarro», ubicada en Tacarigua, municipio Gómez del Estado Nueva Esparta, conjuntamente con el Instituto Autónomo de Cultura del Estado Nueva Esparta (Iacene), la Red Cultural del Estado, las organizaciones que hacen vida en la Comunidad de Tacarigua/San Sebastián, las diferentes Casas de la Cultura de la Isla, la Federación de Centros Culturales, el Centro de Arte «Omar Carreño», el Museo Pueblos de Margarita, la Fundación para el Arte Fotográfico «Carlos Garvia», Músicos, Galeronistas, Fotógrafos, Periodistas, Locutores, Cultores, entre otros; estamos organizando para el próximo Domingo 11 de Diciembre a partir de las 11 a.m. en la Plaza «Corazón de Jesús de Tacarigua, un merecido homenaje al Patrimonio Cultural Viviente del Estado, PEDRO BELLORÍN CARABALLO, quien nació en El Salado, municipio Antolín del Campo, isla de Margarita, el 23 de enero de 1943, “a las sombras del Guayamurí”. Es fruto de la unión de Miguel Bellorín, agricultor y trabajador petrolero en los estados Zulia y Anzoátegui, y de Julia Caraballo, ambos también de El Salado. Pedrito, como le dicen cariñosamente sus amigos, fue el tercero de ocho hermanos. Egresó con el título de Maestro de la Escuela Normalista “Miguel Suniaga” de La Asunción, promoción “Damián Ramírez Labrador”, en 1963. Además es Catedrático, Locutor, investigador, gran conocedor y divulgador de la historia insular, con una larga trayectoria en la radio, difusor del folklore que entre cachos y anécdotas y su sombrero de cogollo es un defensor de nuestra identidad. Motivo por el cual le solicitamos la divulgación de este especial evento, y hacemos una cordial invitación para que participen como invitados especiales, lo que permitirá rendirle un gran y merecido homenaje a este digno representante de los pueblos que conforman esta Región Insular.
Seguros de contar con su apoyo para agasajar a este embajador cultural., agradeciendo de antemano su receptividad,

Agradecemos confirmar su asistencia por este medio https://www.facebook.com/#!/event.php?eid=180009558758949
ó por los teléfonos 0416 6961117, 0416 6959309, 0416 4957788

Luzmina Fuentes.
Dir. Casa de la Cultura Poeta Pedro Rivero Navarro
Tacarigua. Margarita

La crónica es oficio para nostálgicos

Desde pequeño, PEDRO BELLORÍN CARABALLO tuvo la necesidad de almacenar los recuerdos y anécdotas de una Margarita que fue y que no volverá. En el aula, a través de las ondas hertzianas y en cualquier lugar, este margariteño está empeñado en luchar contra el olvido.
Donde hoy se levanta un taller automotriz en una de las entradas de El Salado, existió la casa en la que PEDRO JOSÉ BELLORÍN CARABALLO nació el 21 de enero de 1943. Él vino al mundo en una Margarita que ya sólo existe en las fotografías o en sus recuerdos, pero que nunca olvida. Donde hoy hay tanques de agua, ayer existieron aljibes. Donde hoy están las neveras, ayer se colocaban las tinajas con el agua fresca. Los caminos que hoy transitan los carros apresurados, ayer no veían sino burros, bicicletas y caminantes. Lo que hoy se llama avenida 31 de Julio, ayer se llamó “Carretera Turística La Asunción-Manzanillo” y, antes de eso, apenas era un camino polvoriento con la figura del cerro Guayamurí como fiel guardián.
En ese pueblo, cuyo nombre no se sabe bien de dónde viene -si de un río ya seco o de un pozo que nunca dio agua-, el joven inquieto sembró las semillas de la persona en la que se convertiría. Mirando a sus padres Miguel Bellorín y Julia Caraballo, recorrió la tierra fértil con el azadón y el pico en las manos para aprender el valor de la tierra y del conuco.
Comiendo gallinas y cochinos criados en el corral de la casa y tomando leche recién ordeñada de la vaca, este docente descifró las claves de su identidad. Ha pasado casi toda una vida desde entonces, pero sus ojos siguen mirando como si el reloj nunca hubiese andado.
Las tertulias vespertinas en la casa de uno de sus parientes le descubrieron a este insular su vocación docente. “Yo siempre dirigía las conversaciones, orientaba a los demás”, recordó sentado en ese mismo lugar donde esos encuentros solían repetirse, a una cuadra de su casa natal.
En 1960 se graduó como maestro en el Escuela Normal Miguel Suniaga y comenzó a dar clases. Este nuevo rumbo lo sacó de su Isla querida y lo mantuvo viviendo en Caracas durante diez años, hasta que pudo volver más convencido que nunca de que su lugar estaba aquí.
El saber es para compartirlo
Por sus andanzas y su afición a la enseñanza, muchos lo llaman “El Catedrático”, y por sus esfuerzos para difundir y preservar el acervo cultural insular, fue designado Patrimonio Cultural Viviente del estado. “El nombramiento es un compromiso y a la vez un honor”, aseguró quien desde hace casi 40 años ha encontrado en la radio un medio ideal para difundir sus conocimientos sobre la identidad de su pueblo. Cuando afirma esto, recuerda a Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien un día le dijo que los honores se recibían mejor después de muerto, pues así no se tiene que cargar con la responsabilidad que implican.
Del pasado, BELLORÍN lo extraña todo y lo reconoce sin remilgos. Es un nostálgico incurable y está seguro de que la añoranza es la condición sine qua non de aquel que quiera dedicarse a registrar los hechos, lugares y personajes del pasado.
Otra de sus características es el orgullo por los suyo. Sin embargo, esta tendencia suya a hablar en pretérito no significa que viva metido de cabeza en lo que ya fue.
“Siempre hay algo que lo despierta a uno, que lo trae de vuelta al presente”, dijo sonriendo, ahora frente a la casa donde terminó de criarse en el mismo pueblo, a pocos metros de aquella en la cual nació.
Bajo la sombra de ese guayacán que sombrea la fachada anaranjada y amarilla, “El Catedrático” recuerda a aquellos que pusieron en alto el nombre de su Isla: Luis Beltrán Prieto Figueroa, Jóvito Villalba, Jesús Manuel y Efraín Subero, Julio Villarroel padre… “Son muchos -aseguró- los que han dejado las huellas” que él ha ido recogiendo.
Su principal aspiración es que las nuevas generaciones se interesen por seguir esas huellas. Aunque tiene claro que “el muchacho de hoy no te cree en galerones, conucos ni pesca”, también está seguro de que no todo está perdido, de que hay almas jóvenes en la región llenas de curiosidad por saber de dónde vienen. Por eso trabaja más cada día. Su lucha -como dijo Milan Kundera- es la de la memoria contra el olvido.
Logros
No todo lo que ha pasado en la isla de Margarita en estos últimos años es tan malo para Pedro Bellorín Caraballo. Entre otras cosas, agradece la aparición y expansión de los medios de comunicación, una herramienta que ha utilizado para llevar su mensaje de identidad regional a la audiencia. Se inicio en la radiodifusión en 1973 y desde entonces su voz no ha parado de oírse a través de diferentes emisoras.

Indiana Galindo Alonso

Redondillas y glosa a Manuel Romero

“EL TRUENO DE SAN SEBASTIAN”.

Estas cosas nos hacen recordar siempre a nuestros antepasados y a aquellas personas que, de una u otra manera, han contribuido a engrandecer el acervo cultural y folclórico de nuestro pueblo, margarita, venezuela y el mundo
Gracias, Culebrita por el interés
Saludos
Dimita Lárez

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REDONDILLAS Y GLOSA A MANUEL ROMERO
“EL TRUENO DE SAN SEBASTIAN”.

I
Con el verso conuquero,
Que en la vida cultivó,
De este mundo se marchó
¡El Juglar Manuel Romero!.

II
Manuel Romero fue aquel,
Que en Décimas se graduó,
Y sin saber eximió
La Teoría de Espinel.

III
Un cantador promesero,
Hombre del verso montuno,
Cumplidor como ninguno
Fue el bardo Manuel Romero.

IV
En uno que otro velorio
Le cantó hasta amanecer,
A La cruz, al Gran Poder
Y al Doctor José Gregorio.

V
El cantor Manuel Romero,
Se enfrentó a José Farías,
Garganta de Oro, Chelías
Villarroel y El Cardonero.

VI
Sus décimas han quedado,
Como testigo constante,
De un numen sin limitante
Ejemplo de su legado.

Glosa
Se nos fue Manuel Romero
“El Trueno e´ San Sebastián”,
A encontrase Con Hernán
¡Su amigo “El Tacariguero”!.

I
Llegó la hora indicada
De marcharse al otro mundo,
Pero consiente, iracundo
Resistía en su morada;
Con su figura acabada
Por el tiempo traicionero,
Sucumbió el galeronero
De sobrada probidad
¡Con honor y dignidad!
Se nos fue Manuel Romero

II
Juglar de sobrada rima
Que siempre hilvanó en lo terso,
Mano a mano, verso a verso
Un gigante en la tarima;
Bardo de gran autoestima,
¡De la décima un titán!,
El más lindo Guayacán
De fronda y duro madero,
Ese es Manuel Romero
“El Trueno e´ San Sebastián”

III
Desde Guanipa salió
Su alma hacia el infinito
Ungida con lo erudito
Del verso que aquí esculpió;
En el templo se escuchó
Doblar al Tilín Tilán,
Marchó para donde están,
Los baluartes de este suelo,
Iba rápido en su vuelo
A encontrase Con Hernán.

IV
Tengo erizada la piel
Y el canto va a comenzar,
Porque acaba de llegar
Mi viejo amigo Manuel;
Lo trajo el Ángel Gabriel,
¡Hace su entrada el Coplero!,
Bienvenido compañero
A la diestra del Señor,
Arranca el Canto es su honor,
Su amigo “El Tacariguero”.

Dalmiro Malaver.
“La Culebrita de Oriente”

Recordando a Pablo Moya

Buenos días Domingo, he leído con atención las notas que escribiste acerca de Pablo Moya y me hicieron viajar hasta esa época que compartí en Tacarigua, cuando estudié los dos últimos años de Bachillerato. Reviví momentos muy gratos y recuerdos de alegría compartidos con una de las personas mejor equipadas con nuestro idioma que he conocido. Aun, a pesar de tantos años y con tan poco tiempo compartido, siempre recuerdo con mucho afecto a Pablo Moya. Me atrevo a decir que fue el símbolo de la amistad y la alegría de nuestros mejores momentos en esa época de nuestra juventud. Saludos cordiales.
Chucho España, el de Guillermina

18-11-11
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Buenos días paisanos.
Demasiado bello ese escrito de mi hermano Domingo, para nosotros fue un gran amigo, que no solo compartimos con el en Tacarigua, sino también en Caracas donde tuvimos la oportunidad de convivir con el. Hago una pequeña acotación al escrito: Jose Rojas fue que le consiguió el empleo en Venepal, por medio de nuestro amigo Carlos Mendoza, donde trabajo por cuatro meses, ya que vino hablar con Jose porque trabajaba en la máquina que hacía los cartones de leche y no soportaba los dolores en las manos, y por eso renunció.
Un gran saludo para todos
Zunilde Núñez de Rojas
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Saludos Doraca.
Y gracias por el envìo y por Pablo.
Roberto Malaver
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Querido Domingo,
la verdad es que me has dejado sin palabras. Que historia tan bella.

A mi se me ponen los ojos aguados y el corazon chiquitico cuando leo el escrito. La verdad es que lamento tanto el no tener ningún recuerdo de el.  El tio fue todo un personaje. Pero cuando leemos que a pesar de todos esos golpes que le dio la vida el siempre seguía con esa sonrisa pintada, demuestra la clase de persona que era. Eso mismo lo vemos a través de sus bellos hijos, nuestros primos.
En mi cabeza no ha parado de rodar:

Paisajes de Tacarigua
Con mil distintos tonos de verde,
Un molino aquí, uno más allá,
Y una Calle larga que baja y se pierde

Gracias Domingo, muchísimas gracias también de parte de mis hermanos y de mis padres.
Espero que nos veamos en Diciembre. Sería un placer :   Un bonito dia para ti
Ana Mercedes Moya, la de Carlos y Lea
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DOMINGO:
Gracias por regalarnos esta semblanza de nuestro compadre Pablo Moya. Mary  y yo somos padrinos de agua de Pablo Eugenio. Recuerdo muchas anécdotas de Pablo:
Nos contó que fué a una consulta médica privada y cuando le pasaron la cuenta exclamo: «Yo soy hijo de Eugenio, pero Eugenio Moya, no Eugenio Mendoza».
Saludos
Gustavo Rodríguez,  «El compadre de Pablo Moya»
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Muy emotivo y sentimental este escrito a nuestro amigo Pablo, Felicitaciones Domingo, nos vemos el sábado en la Cayapa, Si Dios quiere……
Moisés González
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Papá:
Te la comistes….ahora si se quien es Pablo Moya….tremendo tipo
Domingo Alberto

Pablo Moya

Buenos dias, amigos y paisanos

Hace 69 años nació Pablo de Jesús Moya González, nuestro querido Pablo Moya, a quien Dios tenga en la Gloria……hemos querido reivindicar su nombre y traerlo al lado humano que tuvo para sembrarlo en la Historia del pueblo.   Para eso, hemos comenzado a escribir algunos pasajes de su vida, los cuales todavía, no están completos pero que tratándose de su cumpleaños, queremos adelantar lo escrito hasta hoy….esta es la versión de quien lo conoció en su adolescencia y juventud y se honró con su amistad, con el alma en cada frase y el corazón en cada recuerdo………….feliz cumpleaños, Pablo

Pablo de Jesús Moya González

Del vientre de Baudilia González y Eugenio Moya, vino al mundo, en su Cabimas legendaria, Pablo de Jesús, un 17 de Noviembre de 1942, día Pablo Moyamartes, con la brisa fresca que producen los momentos cercanos a Diciembre y la alegría de Eugenio por otro varón en la familia. Pablo fue bautizado por Carlos Rojas, un hombre de San Sebastián, amigo de Eugenio y de su esposa Chuchita. Se crió, desde los 11 años, como todos los niños de mi tierra, en las calles de piedra y fango de El Conchal, jugando Libertad y Librao, Palito mantequillero y montando voladores pegados con cautaro, amén de ir al Pozo de la Vieja a ver primero y jugar después, el beisbol de nuestros primeros pasos. Siempre alegre se presentaba en las fiestas de San Sebastián, con su camisa manga larga y se iba a Toporo y Los Andes, a visitar el pueblo y patear sus calles. Fue un hombre alto, buen pelotero entusiasmado por su hermano Segundo, muy respetuoso como lo describe Juan Cheché y poseedor del mejor léxico para hablar como lo reconoce su condiscípulo, el Negro de Macha. Un día, Pablo me pidió los spikes de hierro que yo usaba y deslizándose en segunda base, detrás del cementerio actual, se cortó el mismo, en la pantorrilla interna, hasta el punto de llevarlo, casi cargado hasta la casa de Guayiya donde  le regaron café, le pusieron un paño y se le paró la sangre…pasión por el deporte y risas en el trance….Guayiya señalando al Chopo como instigador como si su hijo hubiese seguido siendo un pequeñín…. madre consentidora, pedacito de sangre, amor a cuatro vientos, Guayiya de nuestros mejores recuerdos

Hombre parrandero
No debe morirse
Para divertirse
Con Chopo y Carrasquero

Estudió en la Escuela Napoleón Narváez de Tacarigua desde el tercer grado, año 1954, con su maestra Anita, cuarto grado con la Maestra Librada y Quinto con Mateo Boada y Luís Velásquez; su secundaria la inició en la escuela Miguel Suniaga de La Asunción donde culminó sus estudios teóricos, pero en la Práctica, renunció a su condición de Maestro Normalista por cuanto, su Tutor le recriminó que llamase Párvulos a sus alumnos….simplemente discutieron y al final, con palabras de Arsenio González, dijo “ Entonces si lo que dije está mal empleado, yo renuncio a ser Maestro”….la honestidad de él, le tembló el alma a Salazar Zamora, su Tutor. Pablo honestidad total

Paisajes de Tacarigua
Con mil distintos tonos de verde,
Un molino aquí, uno más allá,
Y una Calle larga que baja y se pierde

Pablo tenía una beca de la Gobernación del Estado para estudiar normal y cada vez que cobraba, nos brindaba en el Bar y Cine Tropical hasta que le quedaban 5 bolívares y nos lo daba a nosotros para que se lo diéramos a Guayiya….siempre con la solidaridad en el hombro y la santidad de la madre en el cuadril izquierdo…nobleza de los Moya, sinceridad de los González

Quien fue el que te dijo
Que yo no venía
Nunca le hagas caso
A esa porquería

En el año 1966 se fue a Cabimas con su hermano menor Gabriel, mejor conocido como Macuaro en busca de un trabajito, contando con la solidaridad de su hermano José Mercedes pero las cosas se pusieron duras y así, meses después, se vinieron los dos, junto a su primo Che Chiquito, es decir, José Moya Jr., al Oriente del País, hasta que, en la carretera de Valencia, frente a esa urbe, Pablo, le pidió a su primo que lo dejara en la vía, que él se quedaba allí….pocos días después, consiguió una cola en una camión lleno de vacas, como ayudante de camino y se quedó en El Tigre, orillando recuerdos, sembrando sueños y buscando trabajo hasta que, en 1967, recaló en San Félix, se empleó en Sidor, en una sección donde los hornos eran los protagonistas con sus temperaturas de mas de mil grados centígrados. En ese año, en San Félix, Pablo tuvo su primer hijo llamado Pablo Medina. Recordamos que, todos los jueves, en el año 1.969, se aparecía en el Sector Dalla Acosta, con dos bolívares y los aportaba a las Finanzas del CDC….ahí estuvimos, Iginio Malaver, Che Miguel Gil Franco, dueño de la casa, Teófilo España, Simón Guerra, Hernán Malaver, Elio González, Justo Núñez, durante 12 meses y cada centavo aportado, venía a Tacarigua, a las manos de Pablito Romero……Pablo era el alma de las reuniones, luego de las propuestas y conclusiones, iba a su casa, satisfecho de haber visto a tantos tacarigüeros juntos

Desde la Iglesia hasta el Puente abajo
En  la piedrosa Calle El Conchal,
Un burrito aquí, uno más allá
Que surten al pueblo de agua pa tomar

Pablo no soportó a Guayana, en el año 1.970 y, con tres mudas de ropa y una maleta de cuero, se hizo a las carreteras, se encumbró hacia Tacarigua; recuerdo que el 24 y 25 de Diciembre de ese año lo pasamos con él, en el Hospital Luis Ortega, toda una noche de pie, esperando que el Dr Luis Teodoro García nos hablara de sus males y a las 11 de la mañana del día 25, nos dijo que tenía un problema de arritmia que podía agravarse en el tiempo, con la ingesta de alcohol.  Pablo pasó esas Navidades, sin probar un palo hasta que cedió a la tentación en las Fiestas de San Sebastián y con los consejos de la gente que lo apreciaba, se fue a Caracas, donde José Rojas, por intermedio de su amigo Carlos Mendoza, lo recomendó en Venepal y allí empezó a trabajar; eso fue en Febrero de 1971 que  fue al centro del País a buscar la vida, a repartir esperanzas, a trazarse un destino y estuvo, por primera vez, en la Capital de la República y trabajó en Venepal mas de 4 meses y no pudo seguir por cuanto las máquinas de hacer los cartones de leche, maltrataban sus manos.  Esa renuncia lo obligó a regresar a Guayana, donde volvió a entrar a Sidor para retirarse, definitivamente, a principios de 1976 e irse a Tacarigua, siempre con sus mejores intenciones y su hablar dicharachero

Una tradición es vender guarapos
Ir a los cerros y a las cayapas
Hacer papelones, ordeñar las vacas
Se venden los mangos, también las cachapas;

Desde el año 1974, Elvigia Piñango venía a nuestra Isla y pernoctaba, en Tacarigua, en la casa de la familia de Cruz Gil, una amistad de muchos años y uno de esos días que siempre están, a la vera del camino, tropezó con Pablo, se vieron, se hablaron, se volvieron a ver y así empezaron a desear verse cada vez que amanecía porque “ cuando el amor llega así, de esa manera, uno no se da ni cuenta” y comenzó un romance que culminó en el altar, en Caracas, en el año 1977, rodeado de sus amigos y familiares, con el orgullo en el pecho hinchado, con la pasión por el “ ahora si me voy a componer” y Pablo se enraizó en Caracas, concretamente en El Valle donde nació su segundo hijo, Pablo Eugenio, primero en Elvigia, en 1978 y ahijado de Marivalentina y Gustavo Rodríguez y trabajó en el Ministerio del Ambiente gracias a la ayuda de Peruchito Larez que allí laboraba. Pablo con responsabilidades, Pablo ayudando a cambiar pañales, Pablo haciendo mercado, Pablo, decencia pura, corazón al aire, padre ejemplar, la vida de otra forma, la pasión con otros decibeles, Pablo, en Caracas, adorando El Ávila como quien mira a El Tamoco ó El Rincón, con carros por doquier que rompían la quietud de sus primeros años en la Cabimas rural de aquel entonces…, Pablo, padre

Con sus habitantes gente rochelera
Que ofrecen al pueblo un ambiente cordial
Muchachas bonitas que tejen los bolsos
Y en mi Tacarigua Abismo y Palma Real

…….y la vida seguía, y Pablo, con el apoyo de los Hermanos Brito, hijos de Pedro y Martina, comenzó a trabajar en la Gobernación del Distrito Federal, y ahí llegó Roberto Carlos en 1980 y Pablo tuvo su primer infarto con las carreras de siempre, con la angustia de verlo tirado en una camilla, con la desesperación de saberlo tocado y luego llegó Marelvis Teresa en 1982 y Pablo volvió a tener otro infarto, dos años después, anunciando al mundo la debilidad de su órgano principal, pero seguía alegre y jocoso, sin dejar de tomarse sus palitos, y sin la voluntad de renunciar a ellos y luego vino Elbimar Teresa en 1983;  hoy todos son Profesionales, con el deber como norma y la pasión por conocer al Pablo de nuestras mejores querencias. El y Elvigia se mudaron a la Avenida Morán y luego fueron a Caucaguita a residir, en la que sería su última morada….una trampa engañosa le apuntaba como la Espada de Damocles y Pablo comenzó a resentirse de viejas dolencias. Un tercer infarto lo sorprendió en el año 1984, como quien recibe las campanas de la Iglesia, flaqueaba la vida, la arritmia era cada vez mas ascendente, el corazón bajaba su intensidad y en 1986 llegó el cuarto golpe al miocardio y Pablo, fuerte, con sus 1,78 metros de estatura y en el alma la Tacarigua de sus correrías infantiles y ya, en 1988, un quinto infarto al miocardio, lo dejó sin fuerzas para levantarse, sus signos vitales empeoraban, sus sístoles y diástoles se  tornaban lentos, sus ojos se nublaban y la pasividad del cuerpo anunciaba que, el fin se acercaba, había cumplido su misión en la vida y una mañana de esas que llegan sin desearla, un 23 de enero de 1988, sábado por cierto, una llamada de Robertico, el de Chema, nos anunció el fin terrenal de una de esas personas por quien mas hemos sentido aprecio y cariño, porque los amigos de la infancia y adolescencia, no tienen comparación en el termómetro de los amores….pureza de alma, amigo de siempre, Pablo murió en el Hospital Domingo Luciani, en El Llanito, Caracas, lo velamos en esa ciudad y lo sembraron en el Cementerio de Tacarigua donde sus frutos están por empezar a recogerse

Con sus muchachos jugando trompos
Juegan tribilín, montan papagayos
Palos ensebaos, carreras de sacos
Y se hacen presentes las peleas de gallos

Uno lo recuerda con sus pasos acompasados cuando alzaba sus manos para cantar, cuando daba la vuelta con su sonrisa de hermandad y su voz que repuntaba en el Kiosco de Mariana, anunciando alegrías….Pablo, el de la dicción excelente, Pablo, el del respeto eterno, Pablo de nuestras correrías, Pablo, el de la risa contagiosa cada vez que Cuco Sánchez aparecía en una película en el Bar y Cine Tropical y a él se le parecía mucho al Chopo, Pablo, el del compartir, el del chiste con mensajes, el Educador que nunca ejerció pero transmitió el amor entre sus semejantes….Pablo Moya, el eterno amigo quien adelantó su viaje y nos espera en las barriadas del cielo para seguir hablando de la vida, de los  hijos y de tantas vergajadas que nos faltaron por hablar…estamos pendientes, hermano

Domingo Carrasquero
17 Noviembre 2.011
69º aniversario de su nacimiento

Fundación José Joaquín Salazar Franco

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